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Pregonera y autoridades cortan la cinta a la entrada del parque                              Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         La feria de Santiago y Santa Ana camina fiel a su cita con el bullicio y el descanso, aunque para muchos se convierta en más cansancio como consecuencia del trasnoche y la jarana. Precisamente con bullicio arrancó una vez más la feria de este año, al calor de los Gigantes y los Cabezudos, y de toda la parafernalia que sigue emocionando a grandes y pequeños.

         A las 9 en punto, la comitiva de autoridades partió desde la Plaza Mayor rumbo al parque. Fue una inauguración de estrenos y de algunas novedades de significado político. Debutaba el nuevo alcalde, Luis Díaz-Cacho, que pidió personalmente a los portavoces de la oposición acompañarles en primera fila junto al presidente de la Diputación y la pregonera. Francisco Nieto y Bernardo Peinado aceptaron y, con ello, introdujeron un rasgo de normalidad institucional a una feria que es de todos.

         La banda de cornetas y tambores de San Sebastián y la Municipal acompañaron el luminoso pasacalles entre una multitud que abarrotaba el recorrido. En la entrada al parque, corte de cinta y paseo por las casetas. Después, la tradicional izada de la bandera local entre los acordes del Himno de La Solana. La comitiva se dio otro paseo por el recinto de las atracciones y enfiló rumbo al teatro Tomás Barrera para aguardar el comienzo del pregón.

A las diez en punto, también con envidiable puntualidad, el Cronista de la Villa, Paulino Sánchez, dio la bienvenida a todos en la presentación del acto. En primer lugar, leyó el acta del jurado calificador del 43º Certamen Nacional de Poesía, cuyo premio recayó en el prolífico poeta y escritor cordobés Manuel Terrín, gracias a su trabajo “Alegoría Manchega”, que recitó íntegramente después de recibir su diploma.

Paulino Sánchez presentó a la pregonera, María Vicenta Romero Torrijos. Y lo hizo rememorando cómo era La Solana del año 1965, en que ella nació “un año de fuertes heladas en las viñas y mala cosecha de cereal, aunque también de la primera microferia del vino y de, como ahora, cambio en la alcaldía”.

Después de ese toque histórico tan propio del Cronista Oficial de la Villa, glosó el currículum de la pregonera, una mujer de brillante expediente académico y que lleva 24 años trabajando en los servicios sociales de Tomelloso, donde es directora. Pero terminó destacando su condición de solanera y sus estrechos vínculos que mantiene intactos con su localidad natal.

María Vicenta Romero invirtió un cuarto de hora en leer su pregón, ilustrado con fotografías desde la pantalla grande del auditorio. Reflexionó sobre la feria como un acontecimiento “que nos une a todos” en tiempos donde la pobreza y la exclusión siguen azotando a nuestra sociedad. Pero prefirió hablar de la ilusión, los colores y los sabores de nuestra feria “de la que nunca que he ido”.

Uno de los mensajes más sólidos de su pregón hizo referencia a La Solana que ella conoció de niña y su condición de hija de agricultores. En este sentido, expresó su gratitud a esos padres que, como los suyos, apostaron por la educación de sus hijos más allá del trabajo en el campo “para que sus hijos fueran más que ellos habían sido”. De paso, criticó a aquellos padres que mantenían el inmovilismo de una sociedad todavía excesivamente rural con presiones familiares de aquellos que se atrevían a desafiar esos cánones “para que sus hijos o sus hermanos fueran lo mismo que ellos habían sido”.

Terminó hablando de aquellas ferias de música, juguetes y aguinaldo, que un día dejaron de ilusionarle. Sin embargo, otro día se dio cuenta de que debía impregnar en sus hijos esa magia de la feria que ella vivió de niña, y como punto de encuentro de los solaneros del éxodo.

El alcalde cerró el turno de intervenciones. En su primer discurso de feria, Luis Díaz-Cacho apeló a la unión de todos para superar los tiempos difíciles que atravesamos, y no escondió la profundidad de esta crisis “llevo un mes en el cargo y ya he comprobado la dificultad de la situación que nos toca vivir y gestionar”. Pidió diagnosticar qué ha pasado y aprender de los errores. “sólo juntos, desde la solidaridad, saldremos de este momento de incertidumbre”.

Admitió que a esta Corporación le tocará trabajar muy duro para salir de la crisis, con la encomienda de sacar a mucha gente del apuro en que se encuentra. Para ello, enfatizó que se han puesto manos a la obra “apostando por un modelo participativo con el tejido asociativo y la población en general”. Dijo creer en el diálogo y el consenso y tendió la mano a todos “La Solana avanza cuando avanzamos todos juntos”. Por último, apeló a la mirada de un niño en la feria para sacar al niño que cada adulto sigue teniendo dentro.

El acto terminó con un complemento musical a cargo de la Banda Municipal de Música. Bajo la batuta de Ángel Sancho, interpretó varias piezas, entre ellas Saxophonía, Polindromía Flamenca, y finalizó con el Wire and the Champions.

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