
Alineación del CF La Solana en Puertollano Foto: Corredor de Calle
Aurelio Maroto
La primera en la frente. El CF La Solana cayó en Puertollano de la manera más cruel posible. Un penalti solitario, muy discutido, acabó con los amarillos en una tarde sin suerte. El 1-0 final fue el guarismo de un encuentro donde la tropa de Luismi mandó por momentos, gozó de ocasiones muy claras y seguramente mereció más. He ahí la lectura positiva del choque ante un rival llamado a navegar en la zona noble. Ahora bien, la diferencia entre un buen equipo y un gran equipo puede ser, precisamente, su capacidad de definición. He ahí el pecado, que se pagó a un alto precio.
Luismi advertía el viernes en Radio Horizonte: “si ganamos en Puertollano no habremos ganado la liga, ni la habremos perdido si perdemos”. Mantra habitual, y cierto como la vida misma. Hasta donde sabemos, el equipo planteó un partido muy serio, frenando el ímpetu de un adversario aparente, con galones, y en su feudo. El Nuevo Cerrú impone como impone La Moheda, y La Solana salió sin complejos, consciente de que su rol de aspirante a todo. No hay, no debe haberlo, ningún campo este año donde los amarillos deban salir a ver qué pasa.
La alineación invitaba hacer cosas, sobre todo por banda. Sin Mini en el once por razones físicas, Luismi confió en un lateral largo como Manuel y en la experiencia de Capelo. En el enganche, la visión de Raúl y arriba Edu Corrales. Eso sí, el técnico salmantino prefirió arroparse atrás con tres centrales y Josema delante, dejando en el banco a gente claramente de ataque como Babu y Edu Jiménez.
Pero las opciones en ataque, que las hubo, se desperdiciaron, incluido un posible penalti sobre Mini. La realidad es que la sensación de controlar el partido no se tradujo en gol. Hasta que llegó el polémico penalti que transformó Héctor, para colmo tras detener Aless en primera instancia.
Toca olvidar y aprender. La Solana no debe lamentarse más de este traspié y pensar en lo que viene, que es mucho. Que es todo. El próximo domingo, debut en La Moheda contra otro hueso, el Valdepeñas.