
Varios de los coches afectados en mitad de la autovía
Aurelio Maroto
La tragedia ocurrida ayer en la autovía A-4, a su paso por Manzanares, ha causado una honda consternación en la vecina localidad de Membrilla, de donde eran los dos jóvenes fallecidos, pero también en La Solana. Uno de ellos es Pedro Antonio Quevedo Delgado, de 23 años y madre solanera.
El siniestro se produjo a media tarde este jueves en el kilómetro 170 de la citada autovía, dirección Madrid. Un tráiler impactó violentamente contra los turismos de un accidente previo, provocando un choque en cadena que afectó a más de una veintena de vehículos. Al parecer, el conductor del camión podría haberse despistado. De hecho, se le imputan cargos por un presunto homicidio imprudente.
Las primeras informaciones no tardaron en propagarse, aunque fueron muy confusas en un principio. No tardó en saberse que había dos muertos y poco después se conocieron sus identidades. Por la noche ya se sabía que eran dos jóvenes de Membrilla que iban a bordo de un todoterreno, y que la familia materna de uno de ellos es de La Solana.
La noticia saltó rápidamente a los medios nacionales habida cuenta de su magnitud. Las televisiones se hicieron eco del accidente y los medios digitales pronto colgaron información. Pero no había coincidencia en el número de heridos, que unos cifraban en una veintena y otros lo elevaban a casi cuarenta. La realidad es que la estampa en el lugar del accidente era dantesca, con coches volcados y atravesados en la calzada, muchos de ellos arrugados por completo. En seguida comenzaron a llegar los servicios de emergencias. Los bomberos tuvieron que descarcelar a varias personas y las ambulancias iniciaron la atención y evacuación de heridos, incluidos medios aéreos. La autovía permaneció cortada al tráfico varias horas.
Algunos heridos fueron enviados a Ciudad Real y Albacete, y otros se quedaron en los hospitales comarcales. Según ha podido conocer Radio Horizonte, el hospital ‘Virgen de Altagracia’ de Manzanares atendió a siete personas por politraumatismos, ninguno de ellos grave. A primera hora de la mañana del viernes quedaban dos en observación.