Lobilleros posan durante la celebración agosteña del pasado sábado                                                                                                                            Foto: GACETA

           Paulino Sánchez

El Lobillo es una aldea ubicada en el término municipal de Argamasilla de Alba, pero sus casas son propiedad y están habitadas por familias solaneras que desde hace dos siglos labran las tierras que fueron adquiriendo sus antepasados y que continúan cultivando. Aún conservan con cariño las casas en las que ya no habitan permanentemente o de quintería. Un cariño a la aldea que se traslada cada 14 de agosto con la fiesta que recuerda las de otros tiempos y que han recuperado desde hace 7 años.

         Otra vez se han reunido a mediados de agosto para compartir doce horas comiendo, bebiendo, escuchando música, jugando con el sorteo de los bingos y, sobre todo, conviviendo como lo hicieron sus antepasados, que pasaban meses y meses en el lugar. Muchos de los asistentes posaron para la foto del recuerdo, en la plaza de la aldea, que contaba con banderitas, pancarta y la iluminación especial que les facilita el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba.

           Cuatro “lobilleros”, dos de más edad y otros dos más jóvenes, hablaron para los medios de comunicación sobre la fiesta y la convivencia que conlleva. Los primeros recordaban otros tiempos, tanto Agapito García-Uceda como José López de la Osa, el segundo incluso recordaba que era auténtico “obillero”, porque asegura que nació allí un 28 de julio, en plena feria de La Solana.

           Los más jóvenes, como Prado Mateos Aparicio y Gabriel López de la Osa, se mostraban muy satisfechos por la respuesta que cada año dan los que cuentan allí con propiedades o casa, y también agradecen la visita que realizan otros vecinos de La Solana, o de cualquier otra localidad de la comarca, así como sus hijos que se han enganchado a la celebración. Es habitual, y también esperanzador, ver cómo cada edición acude más gente joven.