
Marisa con un trofeo 'Virgen de Peñarroya'
Aurelio Maroto
Marisa es una institución dentro de la institución. La capitana del FF La Solana ha cumplido su undécima temporada consecutiva vestida de amarillo. Llegó siendo una adolescente y se ha convertido en santo y seña de ese vestuario. Toledana de Ajofrín, no para de agradecer el trato que le dispensa el club y la afición. “Esta es mi segunda casa”, insiste.
Después del último partido de la presente campaña, disputado en casa ante el At. Madrid Féminas, líder y campeón del grupo V de Segunda División, Marisa tiene claro que ha sido otra gran temporada. “Este grupo es más duro que el valenciano y hemos competido a un gran nivel”. El quinto puesto mejora la clasificación del año pasado, con dos victorias más. La capitana no deja de valorar lo difícil que es competir de igual a igual con ciudades mucho mayores. “Es un orgullo que un pueblo con 17.000 habitantes luche con los grandes equipos de Madrid”. En efecto, Madrid CFF, Atleti o Rayo, junto a Guadalajara, Valladolid, Salamanca o Ávila, y otros municipios madrileños de entidad poblacional, han salpicado el grupo. El FF La Solana ha defendido el pabellón de la provincia de Ciudad Real y de Castilla-La Mancha con enorme dignidad.
El FF La Solana, un referente
“Mi pensamiento es seguir” –afirma Marisa-. Está contenta por el trabajo realizado esta temporada. “David Peinado lo ha llevado muy bien con muy poca plantilla”. Dice que ve a la gente contenta y cree que la base del equipo debe continuar, consciente de lo complicado que es reforzarse. “En la provincia hay pocas jugadoras y en Madrid cientos para elegir”. Pero se trata de escoger lo mejor de Ciudad Real. “Somos un referente para las chicas que salen de Daimiel, Alcázar, Tomelloso o Ciudad Real y quieren jugar aquí”. El trabajo con la cantera está siendo importante, como lo demuestra la buena campaña del FF La Solana B en la Liga Regional, bajo las órdenes de Mamen de la Cruz.
Marisa vivió hace dos temporadas una promoción de ascenso a Primera División en La Moheda. “Aquello fue algo inolvidable”. Pero no se resigna. “Si hacemos las cosas bien podemos volver a intentarlo”. Por qué no.