
Luis Díaz-Cacho durante la lectura de su manifiesto Foto: GACETA
Aurelio Maroto
Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el alcalde de La Solana ha cargado contra los recortes del anterior gobierno autonómico en esta materia, culpando directamente al Ejecutivo de Cospedal de erosionar la atención al colectivo de personas discapacitadas. En un escrito leído ante los medios de comunicación, Luis Díaz-Cacho relató el caso de un usuario del Centro Ocupacional “Virgen de Peñarroya” como ejemplo para explicar cómo esos recortes habían afectado negativamente a su personalidad.
Bajo el título “Esta es la historia de Pepe”, el alcalde se refirió al caso de Pepe banano, sobrenombre con el que se conoce a este discapacitado psíquico, natural de San Carlos del Valle. Al contrario que sucedía con muchos casos similares en su época “a Pepe nadie lo ocultó, se crió correteando por las calles y jugando con el resto de niños como uno más”. Recordó su pasión por los toros y su completa integración en el pueblo. Hasta que los padres se hicieron mayores y aparecieron las dificultades para atenderle correctamente. “Entonces decidieron que conviviese con otras personas en las viviendas tuteladas de la Asociación Comarcal Pro Capacidad, que con tanta sensibilidad preside mi querido amigo Nemesio de Lara” –dijo-.
Díaz-Cacho contó cómo Pepe ganó en independencia, mejorando notablemente hasta hacerse “sociable y comunicativo, participando de todas las actividades que el Centro Ocupacional organiza. Le he visto incluso hacer teatro”. Fue entonces cuando inició la crítica política. “Pero llegaron los recortes de los cuatro años del Gobierno de Cospedal, los impagos de las subvenciones, la deuda de las nóminas, el miedo a ser separado de su espacio de convivencia”.
Según el regidor, Pepe se encerró en un caparazón de silencio y autoprotección del que no ha vuelto a salir. “Pepe ya no habla. Ahora zigzaguea por los pasillos con el temor que le atenazó entonces y vive en silencio todos los miedos que en estos cuatro años le desestabilizaron”. “Todo el trabajo de tanto tiempo se ha derrumbado por la falta de sensibilidad de quienes más tenían la obligación de protegerles”.
Luis Díaz-Cacho contó esta historia con el deseo que se sepa. Cree que hay líneas rojas “de justicia social, corazón y sensibilidad que jamás pueden ser rebasadas”.