
Dos jóvenes estudian este verano en la Biblioteca Municipal Foto: GACETA
Aurelio Maroto
La Biblioteca Municipal de La Solana es un hervidero de gente todos los días. Son muchas las personas que utilizan este servicio, cada vez más diversa en su oferta de material y actividades. Ese verano, el moderno y versátil edificio amplió su horario en agosto para facilitar las cosas, sobre todo a estudiantes, o para impulsar más la lectura en los niños. “La biblioteca en verano siempre es una buena experiencia” –nos dice su directora, Ramona Serrano-.
En declaraciones a Radio Horizonte, admite que es diferente al invierno porque hay una diversificación de las salas ante la gran afluencia de niños. “No vienen a hacer deberes como durante el curso, sino a llevarse libros; hay muchísimo préstamo”. Sumando julio y agosto, se anotaron más de 2.000 préstamos y una asistencia total superior a los 1.500 usuarios. “Es un número muy alto para tratarse de julio y agosto”. “La biblioteca tiene vida cuando hay usuarios que la demandan, sino carecería de sentido”. En verano hay más préstamo infantil y en invierno más para adultos. “Están a tope en invierno; en la de adultos estudiando y en Internet vienen a hacer trabajos”.
La idea es abrir también en mayo y junio del próximo año, pensando que los exámenes finales son en esas fechas. “Así me lo pidió el alcalde y quiere cumplir esa promesa electoral”. Pero la bibliotecaria añade que también responde a una demanda ciudadana. “Los usuarios nos piden ese aumento de horario”. En cuanto al tipo de préstamo, en verano se alarga más, tal vez por el tipo de estación. “Pasa de 20 días en invierno a 40 en verano, de media”.
La Biblioteca Municipal no tiene un perfil de usuario definido. Acuden hombres, mujeres, niños y personas mayores casi por igual. La sala de estudio suele llenarse de gente de mediana edad y de estudiantes que preparan oposiciones o con asignaturas pendientes; también por la zona Wi-Fi muchos llegan con su portátil para trabajar o entretenerse. También llama la atención el cambio en los gustos de los pensionistas. “Antes había muchos jubilados que no pudieron ir a la escuela y tenían tanta ansia de saber y aprender que casi devoraban los libros”. Ahora, en cambio, hay un gran interés por la novela histórica, “porque siempre aprendes con ella y hay un poso de realidad”.
La mujer y el Club de Lectura
Las mujeres leen más que los hombres, claramente. Ramona Serrano cifra esa diferencia en un 25 por ciento. Sin embargo, los niños leen más que las niñas. “La mujer ha evolucionado muchísimo en los últimos años y desde que ‘despertó’ leen bastante”. Un buen ejemplo es el Club de Lectura. Empezaron dos o tres hombres, pero al final sólo han quedado mujeres. “Es uno de mis temas preferidos por su permanencia en el tiempo, se originó como algo nuevo y ha tenido una demanda increíble”. Cree que es una actividad sencilla y a la vez enriquecedora. “Te hace leer un libro pero no a la ligera, sino reflexionando y pensando en lo que lees. Además, se ha ido rompiendo el hielo en mucha gente que le costaba hablar en público”. Este año empezamos con una puesta en común de ideas. Quiero que ellas me digan qué quieren que hagamos.