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Procesión final novenario

El párroco Benjamín Rey pronunció la homilía final tras la procesión    Foto: GACETA

  Con  amenaza de  lluvia, incluso con la aparición de algunas gotas al comenzar y al concluir, finalizaron los actos en honor a la Virgen de Peñarroya  con la procesión final del novenario  de  bienvenida a la imagen de la Patrona que se iniciaron con la Romería  el  viernes 11 de septiembre, contiuando con la celebración de la semana de actos previa al ofrecimiento y posteriormente el novenario de bienvenida.

    Pese a la noche inestable la procesión pudo realizar todo su recorrido, abriendo la cruz alzada, seguida del estandarte de viaje, Banda de cornetas y tambores de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Rescatado, así como los representantes de las diferentes hermandades y cofradías de la localidad.

  El orden procesional lo seguían los numerosos abanderados, tanto pequeños como mayores, que  tradicionalmente bailan las banderas  en las procesiones de la Patrona, pero que en este caso, en  la mayor parte del recorrido impedía realizar el  movimiento de las mismas debido al  viento que lo dificultaba.

  El estandarte de gala, acompañada de los faroles, precedía a las Juntas Directivas de las cofradías de la Virgen de Peñarroya de La Solana y Argamasilla de Alba, así como la de la Virgen de las Viñas de Tomelloso y el capitán de este año Eusebio Naranjo Serrano, seguidos de numerosas chicas y mujeres que vestían la mantilla española.

  La imagen de la Virgen  de Peñarroya, que lucía el manto azul cielo y la corona real,  desfiló en su carroza, adornada con numerosas flores naturales, y acompañada en los laterales de los tradicionales alabarderos, recibiendo numerosos vivas a lo largo del recorrido.

  Detrás de la carroza marchaban los párrocos de la localidad, el de Santa Catalina y el de San Juan Bautista, así como el de Argamasilla de Alba, seguidos de las representaciones municipales de los grupos socialista y popular del Ayuntamiento local, así como el alcalde Luis Díaz Cacho y el de Argamasilla de Alba Pedro Ángel Jiménez, seguidos de la Banda Municipal de Música de La Solana que cerraba el   desfile.

Cuando la imagen de la virgen llegó a las puertas del Convento de las Monjas Dominicas, se giró la carroza hasta la ventana donde aguardaban las religiosas. En ese momento, la Banda Municipal interpretó las notas de “Encarnación Coronada”, mientras las monjas rezaban a la patrona desde el interior del Monasterio de San José.

  Una vez que la imagen llegó al pórtico de Santa Catalina en la Plaza Mayor era el párroco de la misma Benjamín Rey quien pronunciaba la homilía final del novenario, unas palabras que concluía con los tradicionales vivas a la Virgen y al Chatillo, siguiendo con la interpretación del Himno de la Virgen  por la Banda Municipal y posteriormente con el Himno Nacional cuando la imagen era introducida en el templo.

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