

Emilio Huertas sale por la puerta grande. A la derecha, ejecuta un derechazo Fotos: GACETA
Gabriel Jaime
Emilio Huertas y Uceda Leal salieron a hombros por la puerta grande en la corrida principal de feria celebrada en el coso de la Calle Alhambra, mientras que Sergio Blázquez se tuvo que conformar con un solo trofeo y abandonar la plaza a pié por la puerta de cuadrillas. Un festejo entretenido donde los toreros estuvieron siempre muy por encima de un soso, flojo y descastado encierro. Los tendidos se cubrieron con algo menos de un tercio de aforo en una tarde soleada y calurosa.
Se lidiaron seis astados anovillados de la ganadería de Gregorio Garzón Valdenebro, que tuvieron poco del encaste Núñez del Cubillo. El encierro resultó soso, justito de fuerzas y faltos de raza. Más que picados, fueron señalados por los varilargueros, acudiendo una sola vez al encuentro con los petos y reduciendo algunos tercios de garapullos para no ahondar sus flaquezas. Hubo variedad de pelajes, pero de comportamientos parecidos, saliendo muy sueltos de chiqueros. Apenas se emplearon con el capote, no ofrecieron pelea en varas y algunos buscaron las tablas a mitad de la faena. El tercero de la tarde tuvo un poco más tranco y algo más de alegría, así como el sexto bis, lo que completó el mejor lote que correspondió en suerte a Emilio Huertas. Los matadores estuvieron muy por encima del encierro, comportándose muy voluntariosos y con ganas de agradar al público.

Uceda Leal ejecuta un derechazo muy torero Foto: GACETA
Abría la tarde el madrileño Uceda Leal con un primer enemigo que recibió con una larga cambiada, aunque luego no se enceló con el percal. El maestro intenta “cuidar” al endeble astado y lo saca a los medios con parsimonia. Instrumentó algunas tandas por el pitón derecho con pases de calidad, mientras lo intentó sin éxito por naturales. El toro sólo tenía condiciones para medio pasodoble, intentando rajarse a mitad de faena. La experiencia del cabeza de cartel impidió tal acción, aunque tuvo que ir detrás del enemigo en varias ocasiones porque al tercero ó cuarto pase de cada tanda, ya comenzaba a calamochear. Aun así, el diestro sacó algo de jugo con algunos buenos derechazos antes de los ayudados por alto más vistosos para concluir su actuación. Falló a espadas, cosa rara en él, y se conformó con una ovación con saludos.
Anduvo algo más fino con el cuarto de la tarde, exprimiendo a su enemigo hasta sacarle todo el jugo posible. Soso fue el saludo capotero ante un medio abanto que fue perdiendo fuelle en cada pase. El madrileño no quería irse de vacío de La Solana y le puso pundonor, experiencia, torería y saber estar. Se puso el mono de faena y corrió la mano con mucha elegancia, arrancando la faena de muleta rodillas en tierra para conectar rápidamente con los tendidos. Hubo momentos de inspiración con el toreo en redondo, debiendo de hacerlo todo él ante la pasividad del astado. Una faena bien estructurada de torero veterano, sometiendo a su enemigo hasta agotarlo, recetándole una buena estocada para cortarle las dos orejas.

Sergio Blasco toreando al natural Foto: GACETA
El talaverano Sergio Blázquez apechugó con un lote complicado, especialmente su segundo, mostrándose siempre por encima y muy voluntarioso durante toda la tarde. El toro de su presentación en La Solana no transmitió por su escasa clase y bravura, aunque se lució algo con el capote con un vistoso quite por chicuelinas rematado con un afarolado. Con la muleta, lo intentó por ambos pitones, si bien no se acopló del todo porque al bajar la mano se quedaba sin toro. Lo intentó en el toreo en redondo y aguantó estoicamente algunas tandas de circulares en la cuna del animal. Cerró al astado con mucha torería antes de montar la espada, propinándole una estocada atravesada y dos verduguillos más. Hubo leve petición de oreja.
Si tocó pelo en el quinto, con una faena carente de sentimiento por el trote gorrinero y la actitud gazapona del toro. Brindó al público y puso toda la carne en el asador para no irse de vacío, mostrándose aseado con el percal. Los mejores muletazos llegaron con la mano derecha porque por el pitón contrario fue infumable. Se coló varias veces en los cites al natural, enganchando al diestro en una ocasión y propinándole un golpe en la cara. Tras el susto, el torero se espoleó y buscó con rabia al astado, pero éste fue perdiendo fuelle. Mató de pinchazo y estocada, premiándose con una oreja su esfuerzo.
El triunfador de la tarde fue Emilio Huertas, que estuvo en plan figura y muy entregado desde que pisó el albero para hacer el paseíllo. El torero de Santa Cruz de Mudela ejecutó el toreo más elegante y completo, mostrándose muy seguro y decidido. El diestro demostró haber madurado a pasos agigantados, con una actitud más propia de profesionales más experimentados. Realizó el mejor saludo capotero a la verónica de la tarde. Arrancó la faena a pies juntos en la raya del tercio con mucha plasticidad. Lo cita de lejos para meterlo en la capacha de forma templada y suave, ligando cada muletazo con mucho gusto. Alargó la embestida (sosa, pero constante) toreando muy despacio y elegante. El diestro estuvo siempre en el sitio y disfrutó lidiando por ambos pitones con acciones muy toreras y pases de mucha envergadura. Derechazos y naturales de gran calibre, además del jugueteo entre los pitones, donde se mostró muy cómodo y tranquilo. Cortó dos orejas de ley tras recetar una estocada casi entera algo tendida, pidiéndose los trofeos nada más rodar el toro que fue aplaudido en el arrastre.
El sexto de la tarde salió con visibles problemas en los cuartos traseros, siendo devuelto a los corrales. Ante la imposibilidad de que la res regresara a los chiqueros, Huertas pidió permiso a la presidencia para matarlo en el ruedo. El sexto bis tuvo una faena de mucha entrega con momentos de gran plasticidad. Toreó muy despacio, disfrutando mucho del momento y acoplándose muy bien en todos los terrenos. Consciente de su triunfo, estuvo muy seguro en cada muletazo, gozando de la complicidad del público que vibró con su actuación. Demostró sus conocimientos del arte de Cúchares con ambas manos, dibujando sensacionales estampas en el toreo en redondo y al natural. Especialmente por el pitón derecho, más potable. Mató de estocada casi entera y cortó otras dos orejas.
Destacar la asistencia de numerosos socios de la Peña Taurina La Solanera y también de la Peña Emilio Huertas de Santa Cruz de Mudela, en un festejo celebrado en tarde agradable que comenzó con diez minutos de retraso. Volver a destacar la actuación de la Banda Municipal de Música con un amplio repertorio de pasodobles taurinos, bajo la batuta de Ángel Sancho.