Aurelio Maroto
Dos no riñen cuando uno no quiere, y esta vez no quería ninguno. El CF La Solana ha llegado a un acuerdo amistoso con Paco Fuentes para finiquitar la deuda que mantenían. En realidad, el club le pagó sus honorarios hasta final de la temporada pasada cuando fue cesado, pero tenía una cláusula que renovaba automáticamente al técnico valdepeñero si el equipo quedaba entre los cinco primeros, lo que así sucedió.
Aunque la cantidad no era demasiado alta si tenemos en cuenta lo que cobran otros entrenadores, Fuentes tenía derecho a cobrar el 80% de esta temporada. De hecho, el club fue informado de que no podría tramitar las fichas en tanto no resolviera el asunto. El mismo técnico también necesitaba liberarse para poder firmar con otro equipo.
El miércoles por la noche se produjo el acuerdo tras una reunión donde la receptividad mutua para intentar alcanzar una buena solución facilitó mucho las cosas. Paco Fuentes negoció los términos del finiquito con el presidente que le fichó, Manuel Galindo, y el entonces tesorero, Fidel Muñoz. Aunque no han trascendido cantidades, sí sabemos que Fuentes aceptó cobrar la mitad de ese 80%, renunciando al resto y zanjarlo todo. Galindo le pagó con un dinero que sobró de la temporada pasada, de modo que las arcas del club que ahora preside José Manzano no se han visto apenas alteradas.
En declaraciones a Radio Horizonte-La Solana, Paco Fuentes expresó su satisfacción por haber alcanzado un acuerdo rápido y sin traumas “mi intención era no perjudicar a La Solana bajo ningún concepto”. Aunque su salida del club en el último tramo de liga fue dolorosa y su relación con el presidente se deterioró, asegura que está en el fútbol para hacer amigos, no enemigos, sobre todo en un club que le ha dado mucho “lo último que yo quería era terminar mal aquí”. Por su parte, Manuel Galindo también cree que los términos del acuerdo son razonables “tenía esa cláusula, había que cumplirla y yo era quien debía solucionar la papeleta a la nueva directiva”.
Aunque ambas partes estaban casi condenadas a entenderse para evitar perjuicios en sus trayectorias deportivas, es destacable la predisposición que han tenido para alcanzar un consenso. Al final, han demostrado ser gente de fútbol.