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         Aurelio Maroto

         No corren buenos tiempos para el voluntariado juvenil. El nivel de compromiso de los jóvenes sigue siendo muy alto en bastantes cosas, pero las ONG se las ven y desean para encontrar voluntarios. Cruz Roja Juventud de La Solana no es ninguna excepción. Sólo una docena de chicos y chicas se pueden catalogar como “voluntarios activos”. Harían falta muchos más para atender bien todas las actividades que la institución tiene en marcha, y aunque la lista es mucho más amplia “muchos voluntarios sólo ayudan de forma ocasional”, según declaró el responsable local, Juan Ángel Palomera.

         Uno de ellos es el Programa de Infancia Hospitalizada, una iniciativa para hacer más llevadera la vida de los niños ingresados en un centro sanitario. La Solana es una de las tres únicas poblaciones de la provincia que ofrece este servicio junto a Alcázar y Ciudad Real. Los voluntarios solaneros se desplazan dos días a la semana al Hospital “Virgen de Altagracia” de Manzanares para alegrar la estancia de los niños de la planta de Pediatría.

         Precisamente Juan Ángel Palomera ha sido el impulsor de la iniciativa. Él mismo habló con los responsables del centro sanitario, que incluso les ha cedido una habitación. Allí juegan con los niños al parchís, hacen puzzles, leen cuentos o simplemente les hacen compañía. Incluso tienen un ordenador que alguien donó.

         Pero la escasez de voluntarios dificulta la regularidad de este servicio, y más en verano “atravesamos un período difícil a nivel de voluntariado en la gente joven” –dice-. El programa de Infancia Hospitalizada sólo es uno de los puntos de trabajo de Cruz Roja Juventud. Hay muchas más cosas, entre ellas cursos de formación y presencia en diferentes acontecimientos. Por ejemplo, esta feria no montaron su tradicional caseta de información y atención para primeros auxilios, y veremos si son capaces de encontrar gente suficiente para la denominada “operación Castillo” en la romería de septiembre.

         Eso sí, Palomera sólo tiene palabras de gratitud hacia los voluntarios de Cruz Roja, sean muchos o pocos y ayuden más o menos “nos gustaría más implicación, pero el sólo hecho de echar una mano hay que valorarlo muchísimo”. En este sentido, recuerda que la satisfacción personal de ayudar a la gente es la mayor recompensa que pueda tener un voluntario”.

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