
Gregorio Salcedo, director del proyecto, durante su conferencia Foto: GACETA
Aurelio Maroto
La medición de la huella ambiental de los cultivos se ha convertido en una herramienta esencial para combinar productividad y sostenibilidad. Conocer el impacto de cada fertilización, litro de combustible o práctica agrícola permite reducir costes, minimizar emisiones y mejorar la gestión de los recursos. En este contexto, la Fundación Legado Bustillo, junto con el Ayuntamiento de La Solana, ha presentado el proyecto Huellas, orientado a analizar y optimizar la sostenibilidad de las explotaciones agrícolas locales.
Una jornada técnica celebrada en el auditorio Don Diego ha reunido a expertos en la materia, así como a agricultores, para explicar y conocer un plan que estudia diferentes tipos de cultivo, desde cereales hasta olivar y viña, con el objetivo de identificar prácticas que reduzcan la huella de carbono y la huella de nitrógeno, así como los consumos energéticos y hídricos. El solanero Gregorio Salcedo es el director técnico del proyecto y profesor de nutrición animal en el CIFP La Granja (Cantabria). “Se trata de reducir el coste de producción ajustando el manejo de fertilizantes, la labranza y el uso del agua, sin comprometer el rendimiento de los cultivos”.
En los cereales, los principales factores de emisión son los fertilizantes y el combustible. Ajustar las cantidades y el momento de aplicación permite disminuir la huella ambiental y los gastos. “En leñosos como el olivar o la viña, la gestión de los restos de poda resulta crucial. Incorporarlos al suelo contribuye al secuestro de carbono, mejora la estructura del terreno y puede ser reconocido como crédito de carbono”. Uno de los resultados más prácticos del proyecto es la aplicación HUELLAPP, diseñada para que los agricultores introduzcan datos de sus explotaciones y visualicen cómo distintas prácticas afectan tanto al balance de carbono como a la rentabilidad. La herramienta permite simular escenarios de fertilización, laboreo o riego, y facilita decisiones basadas en evidencia.
Mesa redonda durante la jornada técnica Foto: GACETA
Hacer pedagogía
Salcedo destaca que el proyecto no solo ofrece datos, sino que requiere un proceso pedagógico: los agricultores deben interpretar los resultados y adaptar sus prácticas para generar carbono dentro del propio cultivo. A partir de enero, se organizarán jornadas formativas en La Solana para explicar el uso de la aplicación y los beneficios de implementar las recomendaciones derivadas del estudio. El proyecto Huellas representa un modelo de agricultura sostenible que combina ciencia, tecnología y conocimiento local, promoviendo la eficiencia económica y la reducción de impactos ambientales en las explotaciones del Campo de Montiel.
La jornada ha incluido una mesa redonda sobre la importancia del conocimiento de la huella de carbono y la presentación de la aplicación específica creada para calcularla directamente a través del teléfono móvil.