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-Momento en el que Ramos transforma el penalti

 

Momento en el que Ramos transforma el gol del triunfo, de penalti             Foto: GACETA

   Aurelio Maroto

   Se juntó el hambre con las ganas de comer. La Solana liquidó al líder con un zarpazo de uno de sus dandis, Álex Ramos. El gallego convirtió un penalti sobre Rodrigo Alves y acabó de enloquecer a la hinchada amarilla, encantada de haberse conocido ante el derroche de sus jugadores. Esos tres puntos elevan la reputación de un equipo que, a la chita callando, parece que va en serio. Muy en serio. El Manchego sabía dónde venía, consciente de que jugar en La Moheda siempre es un dolor de muelas. Le faltó juego y le sobró displicencia en algunos tramos del partido, pero se vio casi siempre superado por un adversario que esta temporada atesora más clase que nunca, y lo adereza con algo que no se negocia: la actitud.

   La Moheda volvió a ser ese pequeño teatro de los sueños. Dos aficiones entregadas ayudaron a generar una atmósfera de fútbol total. Y ahí es donde La Solana supo contagiarse más y mejor. Aguantó la salida valiente del Manchego, apoyado en un juego vertical. Fran Duarte avisó pronto y Choche anduvo cerca del 0-1 en el minuto ocho. Sufría Samu por su costado zurdo, por donde caía el gigantón Flores en las ayudas. Había runrún en la grada. Sin embargo, la decoración cambió tras una jugada de dibujos animados que dejó solo a Álex Ramos ante Cheikh, pero su disparo se marchó arriba.

-Iván Riveiro con el balón se retiró lesionado a la media hora de juego

 

Iván Riveiro tuvo que retirarse por un problema muscular           Foto: GACETA 

  Comenzaron a tocar los creativos amarillos. La dupla mágica de Arteixo, Álex Ramos-Iván Riveiro, buscaban trenzar en el cada más pesado césped. Falcón no quería que la ronda de pases de tiñera de azul. Gran desgaste de Jesús Moreno en la contención como pivote y de Marcos Talavera en los apoyos para intentar enlazar por banda. La Solana creció, con y sin balón. La afición se echó las manos a la cabeza cuando Iván Riveiro se echó manos al isquio. Minuto 27. Cambio de planes. Sale Lorenzo Alesi para correr la banda y Talavera se mete por dentro. A ese contratiempo se unen varias tarjetas amarillas a Samu, Juli Cacho y David Villar. Pintaban bastos. Tocaba superar el golpe anímico y el equipo lo hizo. Una vez más, Manolo tuvo que aparecer con una gran manopla para desviar un envenenado disparo raso de Pliego. Jugadores a vestuarios.

     La reanudación pareció comenzar como la primera parte, con un Manchego más dinámico. Pero fue un fogonazo sin metralla. La Solana se adueñó casi por completo del partido y comenzaron sus mejores minutos. A los siete minutos, Talavera está a punto de marca tras un pase medido de Ramos. Apretaban los amarillos. Apretaba la afición. Y en ese aluvión, llegó el derribo de Rodrigo Alves dentro del área. García Carpintero no se lo pensó y señaló penalti. Álex Ramos, con la parsimonia de los que no dudan, convirtió el 1-0. Era el minuto 60 y rugía La Moheda: ¡Oéoé Solana, oéoé! La animosa hinchada azul respondía: ¡Manchego, Manchego! Ambiente electrizante por momentos. Y sobre el embarrado tapiz, veintidós jabatos corrían y corrían mientras en los banquillos se buscaba poner cabeza a tanto corazón. Julián Falcón tenía poco de donde rascar. Paulucchi tenía más, pero ya había removido su pizarra antes metiendo a Christian Beltrán y a Jorge Carrión.

-Álex Ramos pugna un balón

Álex Ramos pugna por un balón                  Foto: GACETA

     Quedaba media hora (al final fueron 40 minutos) y el partido entraba en su fase decisiva. Sin oxígeno en su banco, Falcón tenía que confiar en lo que tenía dentro del campo. Mientras, el Manchego necesitaba dar un paso adelante si quería rascar algo. Pasó lo lógico, es decir, La Solana cedió metros y los visitantes acumularon hombres arriba. Emergió entonces el equipo que solo ha recibido 7 goles, un muro infranqueable. Jiménez y Juli Cacho ejercieron de pretorianos atrás, junto al trabajo incansable de Samu y Villar en los costados. Detrás, el jefe de la guardia: Manolo. El canterano supo jugar ‘el otro fútbol’ cuando hizo falta, congelando el juego, y ser el ángel salvador en una de las últimas acometidas azules, cuando achicó espacio para sacar un disparo de gol a Carrión. Fue el canto de cisne del equipo mancheguista, incapaz de perforar la portería local. El 1-0 final se puede considerar justo, básicamente porque ganó quien más lo buscó. Ni más ni menos.

-Cristian Paulucci

Cristian Paulucci en sala de prensa                  Foto: GACETA

VESTUARIOS

   Cristian Paulucci apareció serio en la sala de prensa de La Moheda. El técnico argentino no escondió su disgusto por el rendimiento de su equipo, aunque intentó mirar hacia adelante. “Realmente molesto, preocupado por cómo jugamos, pero bueno, ya está”, comenzó diciendo. Aun así, reclamó serenidad: “No éramos los mejores antes de hoy y tampoco vamos a hacernos peores”. Pero sí reconoció sin rodeos que su equipo no estuvo a la altura. “No hicimos un buen partido para mi gusto, el rendimiento fue demasiado bajo”, admitiendo que el rival también tuvo mucho que decir: “No es que nosotros solamente fuimos los culpables. El rival hizo que no juguemos cómodos”. Recordó que La Moheda siempre es un campo complicado y que lo conocía bien: “Ya había venido la otra vez cuando ascendimos, cuando salimos campeones, y sabía dónde venía”.

   Sobre el penalti que decidió el encuentro, prefirió no valorar: “No lo veo desde mi posición, no puedo decir que sí o que no”. Y lejos de buscar pretextos, insistió en la autocrítica: “Jugamos los dos en la misma cancha, no hay excusa”. Para él, la clave fue la falta de fluidez: “Tuvimos situaciones, pero fueron más por lucha y corazón que por fútbol”.

   También fue preguntado por el (no) parón competitivo debido a la selección autonómica, un auténtico dolor de cabeza para muchos clubes (La Solana no pudo contar con los centrales Gregorio Uriel y Waldemar). Su postura fue clara: “Si hay una selección de la región o de la provincia, no se juega la fecha. Eso pasa en cualquier liga profesional del mundo”. No se puede ser más claro.

   De cara al futuro evitó hablar de objetivos clasificatorios. “Falta un montón, no voy a jugar a la adivinanza”, afirmó. Sí dejó claro qué le mueve: “Me gusta salir campeón”.

-Julián Falcón tras el partido

Julián Falcón tras el partido                   Foto: GACETA 

  Julián Falcón era la otra cara de la moneda. El canario se mostró feliz y orgulloso por el esfuerzo de los suyos.“¿Contento?, sí, sí, sí, claro. Y más por cómo afrontábamos el partido sin dos centrales convocados con la selección”. “Solamente teníamos dos cambios, más los dos porteros del primer equipo. Veníamos con tres chicos juveniles y dos porteros para completar 18”. Pese a ello, destacó que sus futbolistas no se rindieron nunca, incluso tras perder a uno de sus mejores jugadores en la primera parte, Iván Riveiro. “No le perdimos la cara al partido en ningún momento”.También subrayó el mérito competitivo de un equipo obligado a improvisar y a gestionar situaciones límite: “En el minuto 70 tenemos que meter a Raúl, un niño de 16 años, y Rodri Alves hizo un sacrificio enorme para ayudar atrás”.

Sobre cómo lograron desactivar al líder, Falcón explicó que habían trabajado minuciosamente el plan de partido. “Sabíamos qué situaciones podíamos permitir y cuáles no. Los chicos lo interpretaron súper bien durante todo el encuentro”. Resaltó, además, la fortaleza en el juego aéreo, una de sus armas contra un Manchego que tenía gente muy alta. Respecto al supuesto bajón de intensidad del rival, fue prudente: “No me gusta decir ese tipo de cosas, pero quizá inconscientemente no llegaron con la misma atención”. Sí reivindicó la humildad del recién ascendido: “La Solana tiene sus limitaciones, pero todos tienen que saber la dificultad que tiene venir a La Moheda”.

Falcón no pica cuando le preguntan si La Solana va muy en serio tras 13 partidos. Insiste en que el objetivo sigue siendo la permanencia. “Mi mantra son los 45 puntos”, subraya una y otra vez. Y concluyó agradeciendo a la afición: “Este equipo le transmite mucho a la gente y nuestra afición nos da una ayuda enorme, así que nos dejamos la vida por ellos”.

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