
Los expertos piden unión para que estos modelos no tengan cabida en los pueblos Foto: GACETA
Gabriel Jaime
La creciente proliferación de proyectos para instalar plantas de biometano en la provincia de Ciudad Real está generando una profunda preocupación social por los graves impactos que estas infraestructuras pueden acarrear para la salud y el medio ambiente. Por eso, el sindicato CIAG (Centro Independiente de Agricultores y Ganaderos) organizó una charla informativa con expertos y plataformas ciudadanas para debatir sobre este modelo que tanto está dando que hablar. El auditorio del palacio Don Diego acogió esta actividad que contó con la participación de Máximo Florín, profesor titular de Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad de Castilla-La Mancha y María Manzano Herranz, integrante de la Plataforma Stop Biometano de Torralba de Calatrava.
Durante la apertura, el concejal de Agricultura, Julián Díaz-Cano destacó la importancia de promover espacios informativos que permitan a la ciudadanía comprender las implicaciones de este tipo de proyectos. “Creemos que es importante esta charla porque va a dar luz y taquígrafo a lo que supone la instalación de este tipo de plantas en la comarca”. El concejal reclamó mayor implicación institucional, “debería asistir alguien de la Junta para informar de lo que supone la instalación de estas instalaciones y sus repercusiones”. Finalmente, dijo que siempre van a estar de la mano de los agricultores y que apoyarán cualquier movimiento social.
El profesor Máximo Florín centró su intervención en los efectos que las plantas de biometano pueden tener sobre la salud pública y la proximidad de algunas instalaciones proyectadas. Explicó que, aunque La Solana no cuenta por ahora con ninguna planta planificada, sí puede verse afectada por proyectos cercanos. “Consolación y Baños del Peral están a menos de 5 kilómetros y eso significa un aumento del riesgo significativo de enfisema”. Añadió que parte del municipio “entraría de lleno dentro del radio de 10 kilómetros y van a tener un aumento importante de tasa de asistencia en urgencias por distintas afecciones respiratorias”.
Por su parte, María Manzano Herranz ofreció el testimonio del movimiento ciudadano surgido en Torralba de Calatrava y otras localidades afectadas. Denunció que municipios como el suyo “se han convertido en ‘pueblos de sacrificio’ porque no tenemos residuos y los tienen que traer en camiones para convertirnos en pueblos contaminados, enfermos y sin futuro”. La representante de la plataforma criticó la falta de consulta pública y defendió la necesidad de apostar por otras alternativas más sostenibles. “No se pide opinión a los pueblos, todo se hace por detrás, y este modelo de plantas de gran escala no sirve para el modelo de desarrollo que necesita ni Ciudad Real ni España»
Manzano incidió en la magnitud del fenómeno al recordar que ahora mismo hay proyectadas 14 plantas de biometano en la provincia, y que la Junta prevé hasta un centenar en la región. “Es una auténtica barbaridad”, apostilló. Indicó que no están en contra del biometano, aunque reclamó otra manera racional de llevar a cabo estos proyectos. “Se deberían hacer plantas pequeñas y medianas como en otros países de la Unión Europea, y donde estén los residuos, además de que sean gestionadas por los agricultores o por los ayuntamientos”.
Finalmente, lanzó un mensaje claro: “Si son tan buenas y tan estupendas, ¿Por qué no las ponen donde se originan los residuos, en Madrid o en las ciudades?”. Al respecto, dijo que todos los pueblos deben unirse “porque juntos, ganaremos esta batalla”.