
Liliana Suárez durante su conferencia Foto: GACETA
Aurelio Maroto
El auditorio Don Diego de La Solana acogió una charla de gran interés médico organizada por la Junta Local de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). La doctora Liliana Suárez, oncóloga del hospital Virgen de Altagracia de Manzanares, ofreció una ponencia divulgativa sobre las nuevas terapias oncológicas que están transformando el modo de combatir la enfermedad. La presentación corrió a cargo de Lola Gallego, presidenta de la junta local, con una presencia mayoritaria de mujeres.
“La idea es hablar de tratamientos nuevos en cáncer que se van a aplicar prácticamente a todos los tipos de tumores”, explicó Suárez, quien destacó que se trata de “terapias novedosas, menos tóxicas y con mejor calidad de vida para los pacientes”. Con un tono cercano, apoyándose en diapositivas e ilustraciones, distinguió entre terapias dirigidas e inmunoterapia. Las primeras “van a determinados anticuerpos que tienen los tumores y se centran en atacar las células malignas sin dañar las sanas”. En cambio, la inmunoterapia “estimula el propio sistema inmune del paciente para que ataque al tumor”. Ambas estrategias, subrayó, están cambiando el paradigma frente a la clásica quimioterapia.
Suárez recordó que estos tratamientos no son tan nuevos para los oncólogos, ya que los primeros anticuerpos se emplean desde los años noventa y la inmunoterapia lleva al menos cinco años utilizándose. No obstante, “cada año surgen nuevos fármacos más precisos y eficaces”, aunque su aprobación por el Ministerio de Sanidad “puede tardar años”.

Preguntada sobre la aparente mayor incidencia del cáncer, Suárez lo atribuyó principalmente al aumento de la esperanza de vida. “Cuanto más vivimos, más riesgo tenemos de desarrollar cáncer, porque nuestras células se dividen más veces y pueden aparecer mutaciones”, explicó. También señaló que ahora se diagnostican más casos por la mejora de los métodos de detección precoz. Pero no cree que haya muchos más casos que antes. Sí insistió en que la oncología es una disciplina en constante evolución. “Cada seis meses cambian las estrategias de tratamiento”. Y concluyó con un mensaje de esperanza: “La ciencia va muy rápido. Cada avance supone más calidad de vida y mayor supervivencia para los pacientes”.