Rodrigo Alves -centro- nada más marcar el 1-0           Foto: Aurelio Maroto

   Aurelio Maroto

  La Moheda fue un pequeño ‘teatro de los sueños’. Dos mil almas rindieron un tributo descomunal al fútbol modesto, en otra tarde para el recuerdo. Y la moneda salió cara para el CF La Solana, que el domingo por la noche durmió como nuevo equipo de Tercera RFEF. Los jugadores amarillos durmieron un poco menos...

   Esta vez, la gloria llegó a ritmo samba. El brasileño Rodrigo Alves de Oliveira ya es eterno para el fútbol solanero. Su cabezazo en el tiempo de prolongación, con la prórroga asomando, cambió la historia. Un policía local de servicio vio ese gol en directo. Era Jose Almarcha, el héroe de 2018, que ya tiene compañero en el particular Olimpo amarillo. Dani Ruiz, agitador tantas tardes, apuntilló con otro soberbio testarazo en el último suspiro. El guion fue perfecto para La Solana. Cruel para un digno Yuncos.

 

Once titular en el partido del ascenso          Foto: GACETA

   Así fue como la hueste de Julián Falcón cumplió su misión. El técnico conejero se inventó a finales de julio pasado un equipo imposible, hecho a la carrera, y lo ha puesto en Tercera RFEF. Atrás queda una temporada sublime, más allá de sus aristas, y un play-off de infarto. El 0-0 de Yuncos dejaba la puerta abierta a cualquier cosa. Pero no es lo mismo llamar que salir a abrir. La Moheda es otra cosa. Los jugadores comprobaron en seguida que no eran once, sino doce. Lleno absoluto, incluido un centenar de aficionados yunqueros. Ambiente electrizante desde el minuto uno. Falcón prescinde de inicio de Prince y da sitio a David Villar. Única variante respecto a la ida. Comienza el partido. La Solana sale arreando. Ángel recibe por la derecha, se perfila con su pierna buena, dispara, y el rechace le cae franco a Marcos Talavera. Paradón de Relaño cuando se cantaba el gol. Se enfrentan dos formas antagónicas de ver el fútbol. La Solana quiere trenzar. El Yuncos, evitarlo.

 

La afición fue un auténtico espectáculo            Foto: GACETA

   Los minutos pasan. La afición canta. Pero el partido se aplana poco a poco. Falta más pie, se echa de menos alguna ‘trastada’ de Riveiro. Jiménez puede con Rodri Alves, aunque a costa de un esfuerzo supremo. El brasileño no se rinde en el cuerpo a cuerpo. Hay pocas llegadas, y por tanto hay pocas ocasiones. Ángel saca pasear su zurda en un par de faltas laterales, sin éxito. Eso sí, no hay noticias del Yuncos en ataque, donde solo Roberto pone algo de pausa a un fútbol bastante liso. Se acaba el primer tiempo. La Solana ha propuesto más y ha tenido más presencia arriba, sí, aunque casi todo ha quedado en apercibimientos.

La Solana lo intentó durante todo el partido         Foto: GACETA

   Arranca el segundo tiempo. Rodrigo tiene el gol en la primera jugada. Un milagro salva al Yuncos de que ese remate entre. Suplentes a calentar. Gregorio Uriel cae mal en un lance fortuito. Se retuerce de su hombro derecho. Se pide el cambio, pero el gigante aguanta. No es día para tímidos, y canterano no lo es. Falcón respira. La afición respira. Dani Ruiz a escena. El santacruceño no tarda en revolucionar su banda. En una arrancada está a punto de quedarse solo frente a Relaño. Responde Juan Luis Mora con otra ventana de dos cambios. Aprieta La Solana. David Villar golpea alto una buena ocasión dentro del área. Y Josema cabecea ligeramente fuera un córner desde la izquierda. El Yuncos sigue inédito en ataque, aunque el partido comienza a abrirse fruto del cansancio. Cuidado. Josema no puede más, ni Villar, ni Aridani. Triple cambio a quince para el final. Nelson y Miguel dan gasolina al lateral derecho y Prince sosiego al mediocentro.

   El partido se acaba. La prórroga se masca. La sensación es que La Solana llega más justa de piernas. Proponer más durante 90 minutos tiene una factura que pagar. Ángel también dice basta. Micue entra. Se trataba de meter músculo y capacidad de choque ante un alargue que parecía seguro. Minuto 91 y medio. Prince controla, abre a banda sobre Miguel, que centra de primera al palo largo. Un defensa toca lo justo. Saque de banda. Samu prolonga, Micue peina, Miguel peina… y Rodrigo Alves reina. Plancha para la eternidad. El segundo de Dani, con un maravilloso cabezazo, será carne de estadística.

 

Dani Ruiz -dcha- celebra el 2-0 definitivo         Foto: GACETA

 

Los jugadores fueron subidos a hombros por los aficionados        Foto: GACETA

  Pitido final. Locura en La Moheda. Salen banderas de Brasil (Rodrigo Alves) de Argentina (Exequiel), de Galicia (Iván Riveiro)… Hay manteos, jugadores a hombros. Hay abrazos, cientos de abrazos. Los ‘Julianes’ se funden en uno de ellos. Hay lágrimas en sus ojos, y no son las únicas. La Solana vuelve a ser de Tercera RFEF. Su afición ya lo era desde hace mucho. Una Tercera sin La Moheda es como un jardín sin flores. Problema resuelto. La noche cayó. El día empezó para muchos… Si El Cid se llamaba Rodrigo, La Solana ya tiene a su Cid. Felicidades.