Once titular frente al Campillo Foto: GACETA
Aurelio Maroto
Todo estaba dispuesto en La Moheda. La afición respondió a la llamada y la tarde era espléndida para ganar y poner el aliento en la nuca del San Clemente, justo cuando el líder más flaquea. Pero La Solana dejó escapar la presa cuando más agarrada la tenía. El Campillo huyó por una rendija, la única de un partido absolutamente controlado. Era el minuto 71 cuando los visitantes marcaron en su único disparo a puerta en todo el partido. El único, literalmente. Nadie acudió ya al rescate dedos puntos que, visto lo visto, podrían ser cruciales para el desenlace final. El empate saca al equipo del play-off y obliga a esperar, sí o sí, algún pinchazo de los tres primeros. Y por supuesto, a no fallar más.
La decepción era notoria y Julián Falcón reconocía al final que se perdió una oportunidad de oro: “Queríamos dar un golpe sobre la mesa”. No reprocha nada a sus jugadores, aunque sí lamenta la lesión de Aridani en el peor momento. Por su banda llegó la jugada del empate. Lo demás fue un querer y no poder ante el meta campillano. El gol de Dani Ruiz al filo del descanso fue insuficiente, básicamente porque faltó puntería en los momentos claves y sobró imprecisión cuando tocaba remar a contracorriente los últimos veinte minutos, ya con el 1-1 en el electrónico.
El técnico amarillo aseguraba ante la prensa que su equipo cuajó una gran primera parte: “Hemos hecho todo bien”. La sensación en la grada no fue tan rotunda, ya que al equipo le costó dominar con claridad hasta bien entrado el partido. Faltaba más asociación en el centro del campo y el recurso era buscar las rupturas de Rodrigo Alves o las apariciones de Ángel por el costado derecho. Iván Riveiro volvió a hacer lo que mejor sabe: asistir balones de gol. En uno de ellos, Dani Ruiz estuvo a punto de marcar. Y en otro, Aridani también se encontró con el meta en un segundo mano a mano. Finalmente, una buena prolongación de Rodrigo habilitó a Ángel, que penetró y tocó atrás para que Dani, tras un buen control, convirtiera el 1-0.
Los jugadores celebran el gol de Dani Ruiz Foto: GACETA
Todo parecía funcionar, sobre todo cuando La Solana estrelló un balón en el travesaño nada más arrancar la segunda mitad y Rodrigo Alves erró otro uno contra uno con el meta, cómo no a pase de Riveiro. El Campillo era completamente nulo en ataque, pero el marcador no invitaba a relajarse. Se fue Aridani, renqueante, y David Villar, para dar entrada a Prince y al delantero Marcos Talavera. Fuera o no casualidad, el empate llegó por la banda de Aridani, que en ese momento defendía Dani Ruiz, un extremo. Se hizo el silencio en La Moheda.
El Campillo redobló su atrincheramiento atrás y echó mano del ‘otro fútbol’ todo lo que pudo. Pero el problema lo tenía La Solana, incapaz de poner aplomo para generar cuando todavía quedaban veinte minutos más el descuento. Aun así, hubo un par de ocasiones bastante claras, sobre todo una de Gregorio Uriel en tiempo de prolongación. Es verdad que faltó suerte.
La realidad es que el partido terminó en tablas y frenó en seco la ilusión de auparse al segundo puesto tras los resultados del día anterior. Julián Falcón evitó pronunciarse cuando le preguntaron si confía en que alguno de los de arriba (San Clemente, La Roda y Alcázar) puedan fallar en las tres jornadas que restan. “Nosotros tenemos que centrarnos en ganar nuestros partidos y esperar, es lo único que podemos controlar”.
Si tenemos en cuenta lo que queda, y el calendario de cada cual, parece improbable que los tres primeros hagan pleno. Y la igualdad en la clasificación es total. Por eso, el entrenador canario prefiere centrarse en dos cuestiones. Primero, recuperar al equipo desde el punto de vista anímico, y luego pensar solo en el partido del próximo domingo en Herencia. Aunque no lo diga, probablemente sepa que aún pasarán más trenes. Y no quiere perderlos por negligencia propia.