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-CF pancarta FIFA

        Los jugadores exhibieron una pancarta de protesta tras la sanción de FIFA                  Foto: GACETA

     Aurelio Maroto

    “Si pasas por una tormenta, sigue caminando” (Winston Churchill). No es difícil adivinar qué le dijo Julián Falcón a sus jugadores cuando los reunió junto al banquillo nada más terminar el partido. La Solana acababa de perder su primer encuentro en cuatro meses -incluida la imbatibilidad en casa- tras unos días donde la sanción de la FIFA y todo el revuelo mediático generado habían soliviantado la tranquilidad del club. No podía haber peor epílogo para certificar una semana horribilis, que deja a los amarillos fuera de los puestos de promoción. Momentáneamente, eso sí.

    La tarde comenzó reivindicativa. Los jugadores desplegaron una pancarta con el lema ‘FIFA justicia’, en alusión al atropello cometido con la sanción por un jugador que ni siquiera llegó a pisar La Moheda. Quedaba el bálsamo de una posible victoria para ahogar la aflicción, pero la tarde siguió torcida. Rodrigo Alves quedó KO antes del cuarto de hora tras una dura entrada por detrás. Y el colofón fue el 0-1 a los 23 minutos de juego. Será difícil que Tati Maldonado olvide esa jugada tras errar en una finta que ya había intentado con éxito. Esta vez le robó la cartera Alberto Abengózar, perro viejo, que se marchó solo ante Manolo y convirtió el único tanto del partido.

   Lo demás fue un querer y no poder ante un Sporting Alcázar encantado con su plan de partido. Se limitó a defender con orden, amplificar el ‘otro fútbol’ con un carrusel de pérdidas de tiempo y olvidarse por completo de Manolo. Propuesta ramplona, sí, pero con el oficio suficiente para guardar la presa hasta el final. El problema es que La Solana no acabó de adaptarse a las circunstancias, primero con la lesión de su killer, después con el zarpazo del gol, y finalmente con el estado de un césped perverso.

  Aun así, lo intentó por oleadas. Ángel pudo empatar en un golpe franco directo y David Villar tuvo el gol en un balón que le rebotó casi a bocajarro. El mismo Gregorio Uriel tuvo otra bastante clara dentro del área. Sobre ese piso infame, Iván Riveiro se esforzaba por ordenar el juego junto a Prince. Pero era difícil combinar en corto con posibilidad de encarar en tres cuartos para terminar la jugada. Falcón decidió colocar a sus extremos, Ángel y Julyan, a pierna natural en busca de buenos centros al área, aunquela lesión de Rodrigo lo complicó todo, básicamente por su enorme movilidad entre líneas y su capacidad para encontrar sitios de remate. La primera parte terminó con ventaja rojilla y sensaciones encontradas.

-CF-Alcázar jugada

El equipo se enredó a menudo en la maraña defensiva del Alcázar                 Foto: GACETA 

    Quedaba toda la segunda parte para enmendar el entuerto y arrancó bien el equipo, con un par de penetraciones de Samu por su costado zurdo y mucho empuje general. Pero el Alcázar aguantó la embestida y no tardó en recuperar su guion favorito de la primera mitad. Pablo Fuentes sabía que La Solana tenía dificultades para encontrar el último pase y no tenía necesidad de arriesgar. En efecto, faltaba lucidez para generar peligro de verdad, más allá de acometidas esporádicas. Falcón movió el banquillo, sacó del campo a Prince (con tarjeta) por Josema, y a Tati por Aridani. El equipo pareció recomponerse, con buenos minutos para David Villar, que decidió agitar el choque a golpes de fogosidad. Mientras, Julyan y Ángel intercambiaron posición para jugar a pierna cambiada y por momentos parecía que los locales encerradan a su rival y que el gol podía llegar. Vana ilusión. El Alcázar no se descompuso y faltaba un puntito de ingenio para llegar con más claridad. En realidad, Walter apenas fue exigido, más allá de varios blocajes por alto. Las dos ocasiones realmente claras para empatar llegaron en el descuento, la primera con un disparo raso de Micue que rozó el poste, y la segunda tras un barullo en el área que un defensa visitante sacó in extremis.

    El partido acabó con el 0-1 y con una estampa que refleja lo pendular de este deporte. Mientras Julián Falcón llamaba a los suyos para una primera terapia en caliente, los alcazareños se rebozaban un poco más en el embarrado césped de La Moheda, llenos de júbilo. Toca digerir la derrota con naturalidad, conscientes de que aún queda media liga por delante. Nada está perdido, como nada estaba ganado. La Solana ha comenzado la segunda vuelta como la primera, con derrota, y después quedó claro de qué pasta está hecha esta plantilla. Por eso, lo mejor de este traspié debe ser el aprendizaje y, por supuesto, la actitud de una afición que, a pesar del resultado, despidió a sus jugadores entre aplausos y gritos de ánimo. La familia debe seguir unida. A pensar en La Roda.

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