La Solana superó al Motilla para cerrar una gran primera vuelta Foto: GACETA
Aurelio Maroto
Alguien buscaba un marco al término del partido frente al Motilla. Sí, quería enmarcar la primera vuelta del CF La Solana, que termina el primer giro liguero con 39 puntos, en posición de promoción a Tercera RFEF y con un tufillo a fragancia cara. El 3-1 recetado este domingo a un buen adversario, reveló que este equipo no se cansa de ganar y que, además, es capaz de sortear con oficio las piedras que aparecen en el camino. La primera de todas, el simulacro de césped natural de La Moheda, que ni siquiera impidió ver combinaciones de mérito. La segunda, un Motilla muy serio, con buen pie en la triangulación y valiente en la presión. Y la última, el momento del 2-1 visitante, que el buque insignia amarillo, Rodrigo Alves, se encargó de pisar con la jugada y asistencia para que David Villar ahuyentara cualquier atisbo de remontada visitante.
Es muy meritorio lo que está haciendo La Solana tras aquel titubeante arranque liguero, felizmente superado. Y el partido frente a los conquenses demostró la versatilidad amarilla según qué circunstancias. Julián Falcón confió la titularidad a Adrian Micue, y resultó ser el hombre del partido, o uno de ellos. Aunque falló un primer mano a mano con Blas a los dos minutos, no se arrugó. Fue una especie de elemento extraño para la defensa motillana y encontró premio en el minuto 36 tras una buena jugada por la derecha, con pase atrás de Ángel que no acertó a rematar Villar, pero sí el ecuatoguineano, que fusiló en el segundo palo. Apenas cinco minutos después, otro zapatazo suyo lo escupió el travesaño y Alves, siempre atento, remachó en segunda jugada.

Celebración del primer gol, obra de Micue Foto: GACETA
Hasta ese momento, La Solana había sido más rápida en las proyecciones arriba en juego dinámico, y sobre todo letal en la definición. Pero el Motilla -que había perdió a Víctor Martí por lesión a los 19 minutos- también había dado señales de peligro en un par de ocasiones, sobre todo una en la que Manolo sacó una gran manopla abajo para salvar el 0-1 en el minuto 24. Sufrían los amarillos por la banda de Nelson, donde Exequiel tuvo que multiplicarse en los auxilios. Sin embargo, Samu era un puñal por el costado zurdo en los apoyos con Micue y las ayudas de correcaminos Villar. El partido estaba abierto, aunque aparentemente bajo control para los amarillos. Los dos goles casi seguidos, anticiparon el descanso entre la satisfacción general.
En la reanudación, era de cajón que los conquenses necesitaban dar un paso adelante, y en consecuencia arriesgar. Sin embargo, cualquier atisbo de ataque era repelido por una defensa impecable, en especial un imperial Gregorio Uriel, ahora acompañado por Aridani en el eje central tras la salida de Exequiel en el descanso. Tardó veinte minutos en agitar el banquillo Fredy Velín, metiendo madera con Raúl Verdejo y Fran Galdón. El caso es que, fuera o no casualidad, el Motilla acortó distancias en un despiste defensivo por mediación de Aldair, y hubo minutos de cierta inquietud. Falcón contestó con otro doble cambio, uno de ellos obligado por la lesión de Prince, al que le falta un punto de cocción tras su vuelta por un esguince de rodilla. Las entradas del capitán Josema, que volvió por fin, y del cadete Rodri, dieron más manejo por dentro, quitando el balón a Jose Vega, igual que Tati Maldonado aportó más consistencia al carril derecho. El equipo mejoró en líneas generales, atemperó las intentonas visitantes y volvió a encontrar grietas por las que meterse en ataque. En una de ellas, Rodrigo Alves ya estuvo a punto de hacer el tercero con un cabezazo espectacular que escupió el palo. Pero poco después, en el minuto 82, aprovechó un lío defensivo, penetró como un poseso y asistió a Villar, que cerró el partido.
Pero todo comienza de nuevo. El próximo domingo arranca la segunda vuelta también en casa, y con otro rival directo: el Sporting Alcázar. La Moheda ya espera este apasionante derbi provincial.