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                       Mari Carmen Rodríguez-Rabadán -izda- se estrenó como 'Custodia'                    Foto: GACETA

     Aurelio Maroto

    La 41ª Semana Nacional de la Zarzuela bajó el telón como de costumbre, con la obra solanera por antonomasia: La rosa del azafrán. La compañía ‘Maestro Andrés Uriel’, en una coproducción con DRAO, la escenificó en doble sesión, con cartel de no hay billetes en la de tarde y muy cerca del lleno en la de noche. Fue una ‘Rosa’ totalmente reconocible, pero a la vez distinta en algunos aspectos. El nuevo director de escena, Luis Roquero, ha introducido algunas variaciones desde el punto de vista escénico y ha removido los papeles dramáticos. También se han incluido variantes en las partituras de canto, con crescendos y diminuendos en determinados momentos, como en las palmas en las seguidillas o en el coro del Sembrador, por ejemplo. Si se trata de evolucionar, bienvenidas sean esas modificaciones, por cuanto mantienen la esencia de la obra (según la escenifica la compañía local desde que la estrenó hace ya 36 años), pero con otro aire. Por no hablar de la mejoría en la ejecución técnica, que en los últimos años ha dado un giro copernicano.

-Ecena escalera

Nueva escena del célebre cuadro de La escalera               Foto: GACETA 

  En las dos representaciones de este domingo, además, hubo dos novedades de relieve en los roles principales. Por un lado, una nueva Custodia con Mari Carmen Rodríguez-Rabadán, que ha debutado con un papel de máxima responsabilidad, ya que la casamentera es clave en el hilo conductor de trama. Solo tuvo que proyectar sus dotes como actriz, ya conocidas en sus actuaciones con La cazuela del coliseo, para hacer muy creíble al personaje y conquistar al público con su fuerza interpretativa. Desdobló así a Petra Martín-Albo. Por otro lado, Ramón López también desdobló a Gregorio Uriel haciendo de Don Generoso, y ha quedado claro que el viejo carlistatiene a dos excelentes ‘defensores’ de su locura.

-Ramón López

Ramón López debutó como 'Don Generoso'. En esta escena departe con el ama 'Sagrario'                 Foto: GACETA 

  El resto de los roles fueron defendidos con gran dignidad, en especial los interpretados por solaneros, que no dejan de ser aficionados. La mejor noticia es que no paran de evolucionar, y para eso es crucial la ayuda de profesionales. El esfuerzo que hay detrás solo lo saben ellos y ellas. Queda felicitarles por hacer de nuestra ‘Rosa’ una zarzuela en constante evolución.

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