
Rodrigo Alves hizo doblete y tras el 2-0 parece decir 'yo me quedo aquí' Foto: GACETA
Aurelio Maroto
La Solana ganó este sábado una triple batalla. La primera, contra e Cultural Valdeganga; la segunda, contra el perverso césped natural de La Moheda; y la tercera, contra sí misma. Julián Falcón conocía la evidencia: su equipo estaba en otra galaxia respecto al adversario de turno, pero ya decía Valdano que el fútbol es, sobre todas las cosas, un estado de ánimo. Por eso, la clave era tomarse el partido muy en serio ante un colista que demostró sus carencias, pero también una enorme dignidad.
El 5-0 final es un bálsamo para seguir creciendo. Y para seguir creyendo. En una tarde de perros, había que ser valiente para acudir a La Moheda y la afición estuvo allí, paraguas en mano. Quiere ver a su equipo, y sobre todo quiere verle ganar. Los amarillos salieron algo revolucionados, como si la lluvia que caía les hubiera acelerado el pulso. Demasiado juego en largo y poca pausa, que multiplicaba los errores propios y las interceptaciones del rival. Costaba llegar a puerta. Ángel se mostró muy activo por el costado derecho, a pierna cambiada. La primera ocasión llegó tras un centro suyo acabó en un remate fallido de David Villar, que estaba en todas.
Parecía cuestión de tener paciencia, porque el Valdeganga no daba sensación de tener munición para crear problemas a Manolo. La lata se rompió en el minuto 23, tras un claro penalti que transformó Iván Riveiro con un golpeo duro y ajustado al palo. El 1-0 lo cambió todo. La Solana se asentó mejor y terminó de controlar el juego, ahora con más calma en la ronda de pases. A la media hora llegó el segundo, tras una buena jugada colectiva que terminó con un gran pase filtrado de Villar sobre Rodrigo Alves, que cruzó el balón ante la salida de Miguel. Pudo llegar algún gol más antes del descanso, con ocasiones para Micue y el propio Rodrigo. Pero lo que sí llegó fue la lesión de Ángel, que sintió un chasquido a la altura de la tibia justo antes de pitar el final. El canterano, uno de los mejores en lo que va de liga, se retiró en seguida y queda a la espera de pruebas médicas. Parece que se descarta la fractura, que ya es importante, aunque aún no se sabe con exactitud el alcance de la dolencia.

Aridani pugna de cabeza un balón durante el partido Foto: GACETA
Con esa incertidumbre arrancó la segunda parte. La tónica no varió, a pesar de que el Valdeganga dio un susto con un balón al palo. Poco después, el recién incorporado Julyan Ayala puso un centro fuerte –que tal vez era un disparo- que recogió Rodrigo para firmar el tercero y segundo en su cuenta del día. El partido estaba finiquitado en cuanto a la pugna de puntos y solo quedaba saber el guarismo final. Se movieron los banquillos. Falcón no quería sustos y retiró a Rodrigo entre la cálida ovación de La Moheda, igual que Villar, un pulmón que se está ganando a pulso un hueco. El técnico conejero lo veía claro, y solo siete minutos después dio ‘bola’ al portero juvenil Felipe, que debutó así con La Solana en liga.
Con el partido definido, aún hubo tiempo para disfrutar de una delicatesen de Iván Riveiro en la génesis del 4-0. El fino volante coruñés se marcó una gran jugada y Julyan Ayala supo agradecerle la asistencia final con un zapatazo a la red. El quinto llegó casi de inmediato, tras una galopada de un activo Tati Maldonado, que acabó en un rebote que Nelson remachó en la boca de gol.
La afición se marchó contenta de La Moheda porque su equipo empieza a carburar de verdad. La Solana acumula cuatro victorias consecutivas, con un parcial de 11-0 en goles. Tras un comienzo titubeante, el primer objetivo era enderezar el rumbo y ya está conseguido. El siguiente será intentar meterse de lleno en la zona noble, y a partir de ahí podrá verse el potencial real de este equipo.
El próximo partido vuelve a ser en La Moheda, con un interesante derbi provincial frente al CD Miguelturreño.