Julyan Ayala firmó el 0-2 tras robar un balón dentro del área             Foto: GACETA (archivo)

     Aurelio Maroto

    Este CF La Solana tiene otro aroma. Su triunfo de este domingo en Carrión de Calatrava (0-2) es el tercero consecutivo, al que hay que añadir 260 minutos sin recibir gol. Esos 9 puntos proyectan al equipo de Julián Falcón, que poco a poco se acerca a la mesa donde comen los mejores. Sin prisa, pero sin pausa. Y más allá de los resultados (que también), la lección de este último partido es que los amarillos están aprendiendo el ‘otro fútbol’, ese que exige saber sufrir antes de asestar el golpe definitivo. Fue exactamente lo que sucedió.

     Falcón había advertido del peligro del Carrión y no se equivocaba. “Es uno de los equipos mejor trabajados que he visto”, insistió al término del partido, y elogió por ello a su entrenador, Chule. En efecto, había estudiado los seis duelos de su rival, porque La Solana ha ido jugando con los equipos que dejaban los verdes. Además, varias bajas ya sabidas (Javi García y Josema), y alguna más sorprendente (Michael), obligaron a rehacer algunas cosas. Pero salió bien La Solana, pausando el juego desde atrás ante un rival que parecía no querer el balón. Solo lo parecía, porque pronto se vio que cualquier despiste en la ronda de pases podía ser letal. Avisó primero Rodrigo Alves con una internada por la izquierda, y otra más que blocó Candi cuando David Villar tenía el gatillo preparado. Percutía bien La Solana por el costado zurdo, con Micue fuerte en los balones divididos y Rodrigo rompiendo sin cesar por dentro. Por allí también merodeaba Iván Riveiro, que necesita muy poco para armar juego.

   El Carrión fue creciendo a medida que pasaban los minutos. Tiene jugadores con buen pie en el medio y a Richi como referente en las prolongaciones. Comenzó a sufrir Aridani, lateral zurdo improvisado, que para colmo vio amarilla en una acción inocente. El empuje local venía amplificado por la pérdida de control en la zona ancha, pero en el minuto 33 llegaría el 0-1 tras una buena salida de balón. Ángel prolongó perfectamente ante el desdoble de Tati Maldonado por banda derecha, que centró al corazón del área y David Villar remató a las mallas.

     Todavía hubo que sufrir hasta el descanso. Uriel y Exequiel se multiplicaron en el eje, ayudando mucho en las coberturas por banda, y de paso, demostrando su creciente solvencia como pareja de centrales. También apareció Manolo, que exhibió su jerarquía por alto y sacó un par de buenas manoplas por abajo. Está cuando se le necesita, aunque también se equivocó en una protesta airada que terminó en amarilla y un peligroso libre indirecto dentro del área, que terminó sin consecuencias.

    La primera parte acabó con ventaja y la sensación de que quedaba un mundo por delante. En efecto, el Carrión apretó en la reanudación, cargando el juego por el costado de Aridani. Pudo empatar el equipo local en un par de acciones, pero le faltó puntería y también se encontró con una defensa muy sólida. Necesitaba oxígeno La Solana y Julián Falcón removió el banco en el ecuador. Por un lado, buscó velocidad y ayudas por el lado izquierdo con el inquieto Julyan Ayala en lugar de un Micue vaciado físicamente: y por otro, quería también frescura por la derecha con Nelson, bajando a Ángel al medio para intentar retener el balón, en lugar de un Prince más gris de lo habitual.

    Mejoró algo La Solana. De hecho, Julyan penetró un par de veces por su costado, aunque se precipitó en el disparo. Pero a la tercera fue la vencida y su tenacidad tuvo premio en el minuto 80, cuando interceptó un balón dentro del área y, esta vez sí, fusiló a Candi. El encuentro estaba liquidado, aunque todavía quedaba otra buena noticia: el debut del cadete Rodri. Apenas tuvo tiempo de romper a sudar, pero seguramente que no olvidará ese momento. Y una tarde más, buen desplazamiento de aficionados solaneros, que despidieron a los suyos entre aplausos.

Julián Falcón confía en la motivación de sus jugadores para seguir creciendo                  Foto: GACETA (archivo)

No perder el hambre

    En declaraciones posteriores a Radio Horizonte, Julián Falcón reconocía que fue un partido complicado y ante un buen rival, que en su campo será especialmente difícil doblegar. Pero no ocultaba su satisfacción por una victoria de esas que se llaman “de prestigio”, y que sirven para acrisolar un modelo de juego. Felicitó a sus jugadores por la victoria, y sobre todo por el esfuerzo. Sabe que el equipo empieza a salir de un arranque liguero algo complejo, como también sabe que era cuestión de tiempo enderezar el rumbo. Además, recuerda que La Solana ya ha jugado en campos tan difíciles como Alcázar, Tomelloso, San Clemente o Carrión. Ahora llega un calendario más amable –solo en teoría-, empezando por la visita consecutiva a La Moheda de dos de los colistas, Valdeganga y Miguelturreño. A la pregunta de si teme un bajón motivacional tras las últimas batallas, el técnico canario fue taxativo: “Mi trabajo va a ser que eso no pase, tenemos que salir con hambre sin importar el rival que tengamos enfrente”.