
Paco Campos con el cuadro ganador Foto: GACETA
Aurelio Maroto
Media docena de artistas han participado en una nueva edición del concurso de pintura rápida de La Solana. Trasladado a las fiestas de la Virgen de Peñarroya desde el año pasado, ha dejado seis nuevas creaciones que recrean rincones emblemáticos de la ciudad. Finalmente, el jurado decidió otorgar el primer premio a Paco Campos, pintor madrileño que plasmó una bella acuarela de la calle Gaceta de La Solana con el pórtico sur de Santa Catalina al fondo.
Desde temprano, los pintores se fueron ubicando en aquellos lugares que les permitían crear un cuadro evocador. Buscaron el ángulo correcto y comenzaron a pintar con la premura inherente a un encuentro de esta naturaleza. Durante las pocas horas que tenían para acabar la obra, fueron muchos los curiosos que se acercaron para ver cómo ‘volaban’ los pinceles en busca de la mejor estampa posible, cada cual con la técnica elegida.
Pasadas las dos de la tarde, el jurado se reunió en el patio del Palacio Don Diego para deliberar, una vez expuestos los cuadros terminados. Minutos después, la presidenta, Lourdes Sánchez, leyó el acta oficial y reveló el nombre y orden de los premiados. El ganador fue Paco Campos gracias a una acuarela pintada desde la esquina de las calles Don Jorge y Gaceta de La Solana, en pleno casco histórico. Se puede ver esta última calle y la iglesia parroquial al fondo. El segundo premio se lo llevó Paco Rojas, el tercero fue para Feliciano Moya, el cuarto recayó en José Crespo y el quinto Juan Félix. En categoría local, el único participante fue Gregorio Delgado, que pintó la subida de la calle Torrecilla, donde se puede ver parte del pórtico norte de Santa Catalina al fondo.
El ganador en pleno proceso de creación de su acuarela Foto: GACETA
En declaraciones a la prensa, el ganador del concurso, Paco Campos, no ocultó su alegría por el premio y explicó por qué eligió ese ángulo. “Iba con el coche buscando, lo he visto y dije aquí mismo”. Reconoció que no es fácil pintar un buen cuadro a la carrera, sobre todo en este certamen de La Solana, ya que en otros hay más horas de tiempo. Sobre el porqué de elegir ese espacio, fue rotundo: “Las casas son preciosas y el fondo de la iglesia no es típico con la torre que pinta todo el mundo”. Al ser una acuarela, jugó con la luz y el agua “para darle ese misterio de una calle que no llama la atención cuando la ves todos los días, pero sí sorprende cuando la ves pintada así”. El artista madrileño ya participó el año pasado y es un clásico de este tipo de concursos de pintura rápida, en los que ha cosechado bastantes premios. Preguntado por la técnica usada, reivindicó el valor de la acuarela. “Es una técnica infravalorado en relación al óleo o el acrílico, pero veo mejor la acuarela para hacer algo de calidad y en poco tiempo”.