
Se guardó un minuto de silencio previo por Juan Manuel Sánchez-Valdepeñas, Gregorio López-Alcorocho y Juan Manuel Díaz-Cano
Aurelio Maroto
Los 600 espectadores que el sábado entraron a La Moheda salieron felices y con el corazón todavía a mil. Su equipo había abrochado la primera victoria de la temporada, todavía lastrado por las bajas y con un hombre menos durante casi media hora. Pero nada entorpece una victoria así. La Solana sumó de tres y, aún más importante, el equipo dejó un poso de comunión con su afición, entregada en los momentos decisivos.
El partido frente al Torrijos tuvo mucho de pasión, algo de fútbol, y todo de emoción. La expectación en la grada por ver cómo arrancaba en casa el nuevo y debatido proyecto empezó a fraguar tras un primer cuarto de hora espléndido de los amarillos. Los de Armindo apretaban la presión y hacían grande la figura de Maxi Laso, muy activo en el arranque. El argentino se asoció bien con Tete Vacas, que corría el costado zurdo y encaraba con peligro. Así llegaron las primeras acciones de peligro, aunque sin marchamo claro de gol.
Había sorprendido Armindo al colocar a Venturini como pivote defensivo, con Galego por delante en modo trotamundos. Josema fue el gran damnificado. El técnico brasileño buscaba contundencia para detener las oleadas de un adversario con jugadores rápidos en tres cuartos. Atrás, el compañero de Juli Cacho en el eje fue Moreno, un yogurín que se está ganando a pulso un lugar en el once.

Dani Jodar marcó el 1-0 y mantuvo un bonito duelo con el examarillo Vicente, ambos en la imagen
La buena puesta en escena tuvo premio en el minuto 17. Maxi Laso sacó a pasear su guante en un córner y Dani Jodar le comió la tostada a Chema para cabecear a gol. Sin embargo, el 1-0 vació la batería local y permitió crecer a un Torrijos hasta ese momento a merced. El partido cambió. Ahora, La Solana defendía, en parte por obligación –el rival dio un paso adelante- y en parte por devoción –Armindo es amigo de esperar y golpear en la proyección a la contra-. La realidad es que el Torrijos merodeó la meta de un inquieto David Hidalgo y a la media hora encontró la grieta tras una pérdida de Galego, que terminó en un parabólico cabezazo de Álvaro Antón. La primera parte acabó con sensaciones encontradas y cierto runrún en la grada.
Tal vez la mayor virtud de La Solana fue entrar como entró en la reanudación. Carácter, ímpetu y velocidad. Los amarillos recuperaron el tono del comienzo de partido y Madalín tuvo dos claras. La primera, con un disparo seco que sacó Pedraza con un paradón. La segunda, enviando a las nubes un servicio de Tete que solo tenía que empujar adentro. Con todo, el Torrijos también tuvo su momento en un contragolpe, pero un mal control de Vicente con toda la portería para él permitió a David anticiparse a sus pies.
El partido era más amarillo que rojiblanco. Arriba, Tete seguía maniatando a la defensa visitante con sus constantes rupturas y Matías Brianese hacía el trabajo sucio con su juego de espaldas. A esas horas, Maxi Laso seguía apareciendo. Primero, el bonaerense puso otro córner preciso que Juli Cacho remató fuera, y después, en pleno acoso local, cazó una preciosa volea a la cepa del poste que rechazó de nuevo Pedraza. Pero esta vez merodeaba por allí Galego, que metió la pierna para remachar el segundo. Es lo que tiene estar atento a las segundas jugadas. Era el minuto 63 y La Moheda se venía abajo.

Maxi Laso brilló en el centro del campo amarillo
Sin embargo, quedaba el último calvario. Dani Jodar, hasta ese momento impecable, cayó en la trampa de su par y forzó la segunda amarilla. A la calle. Armindo reaccionó rápido, metió al canterano Samu, sustituto natural en el carril zurdo, y sacó del campo a Brianese. Quedaba un mundo y todos esperaban el arreón visitante. Pero no llegó, bien por el buen balance defensivo local o bien por pura incapacidad. El caso es que, más allá de balones al área, el Torrijos no inquietó de verdad.

Armindo valoró la importancia del triunfo ante los medios
El pitido final fue un sonido celestial. El triunfo estaba en el zurrón. “Hoy era muy importante para el grupo, para el club y para la afición”. “Es un proyecto nuevo y todos sabemos que ganando se trabaja mejor”, declaró Armindo en la rueda de prensa. El míster estaba feliz, se le notaba, a pesar del sufrimiento. “Tuvimos veinte minutos que no me gustó, pero la segunda parte sí me gustó mucho el juego y la actitud de los chicos”. “Luego hemos sabido sufrir”. “Estoy contento por ver cómo entraron Samu, Josema o Daniel; eso te da una alegría enorme como entrenador”. “He dado dos días de descanso porque se lo merecen”.
Armindo insiste en que se está trabajando bien, y no solo la parte deportiva. “La Solana está creciendo en todos los sentidos y ojalá que hagamos un trabajo bonito que este equipo sea uno de los grandes de Tercera”. “No sé si vamos a ganar, pero aseguro que La Solana va a competir en todos los campos”. En cuanto a la afición, sintió el calor de La Moheda. “Me recuerda a mi tiempo en Zamora; me encanta cuando la gente aprieta porque eso te ayuda mucho y aquí la gente aprieta”.
Ahora toca pensar en la próxima estación, Tarancón, aunque antes confiar en desbloquear los contratos de los internacionales andorranos, el portero Xisco Pires y el delantero Álex Martínez, amén del extremo colombiano Miller Moreno. “El club ha hecho todo bien y no entiendo cómo puede tardar tanto poder fichar a estos jugadores”. “Es muy importante tener una plantilla amplia y poder hacer cambios”, lamenta el técnico. La directiva cree que esta semana se arreglará definitivamente el caso.