Parte de la Junta Directiva de la cofradía junto a la nueva imagen de la Patrona en su templete, hecha en forja
Aurelio Maroto
La asamblea general de la cofradía de la Virgen de Peñarroya volvió a ser presencial y transcurrió en un ambiente casi familiar, lejos del bullicio de otras. La razón es sencilla: al no haber romería tampoco hay reparto de números para la procesión de tractores. Sin embargo, fue un cónclave importante porque se rindieron cuentas de dos ejercicios y se dio a conocer cómo será el carrusel de actos de bienvenida de la Patrona.
En declaraciones posteriores a los medios, la presidenta, Rosa Sánchez, destacó la estabilidad económica de la hermandad, a pesar de declarar un pequeño déficit de algo más de 500 euros en las cuentas de 2019. “Gracias al remanente que había nos da un superávit de más de 20.000 euros en este último ejercicio”. Explicó que al no haber gastos de romería, procesiones y demás, ha permitido declarar tales números verdes.
En cualquier caso, recordó que la cofradía mantiene unos gastos fijos y otra serie de inversiones. Ahora –dijo- se está pintando El Humilladero y acometiendo obras de mejora el camarín, además del donativo anual establecido a la parroquia, otras ayudas a Cáritas, el pago al santero del Castillo y otras facturas corrientes. “La cofradía siempre tiene gastos, pero que la gente esté tranquila porque su dinero se administra como debe”.
La asamblea confirmó oficialmente lo que ya se sabía: no habrá romería y algunos actos se recuperarán, aunque con restricciones. La imagen llegará el domingo día 12 a las inmediaciones de su altar, a las 13 horas, aunque no se posará en él. Bajará al Humilladero descubierta, pero motorizada. Por la noche subirá a la parroquia a modo de traslado, sin procesión. Es probable que el Domingo del Ofrecimiento vuelva a salir al pórtico de Santa Catalina, a pesar de que no habrá puja de objetos.
Rosa Sánchez reconoció que no está siendo fácil decidir qué permitir y qué no. Apeló a una palabra clave: prudencia. “Les pedimos a todo el mundo que guarde las distancias, que lleve su mascarilla y que permitan fluidez de movimiento”. Dejó claro que la responsabilidad de la cofradía llega donde llega, ya que en el Castillo no tiene jurisdicción para decidir sobre acampadas o asistencia a los cultos religiosos. “Ahí no podemos hacer nada, y la verdad es que para nosotros es una ventaja”, admitió. Pidió comprensión y cree que la mayoría de la gente es comprensiva. “Hay que entender la situación de incertidumbre que vivimos”.