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Kiko Vilches en su presentación

Kiko Vilches (51 años) en la sala de prensa de La Moheda

         Aurelio Maroto

Kiko Vilches recuerda mucho a los viejos roqueros. En una era futbolística dominada por la escuela puntocom, los algoritmos del jugador y los banquillos con más ‘cuerpo técnico’ que suplentes, aún quedan entrenadores dispuestos a rescoldar el brasero y atizar con la badila a quien corresponda. Lejos de la ortodoxia sofista, el nuevo preparador solanero ha emulado al mejor Loren Navarro, o al mejor Paco Gálvez, técnicos que dejaron huella en la vieja Moheda. Y que no destacaban, precisamente, por morderse la lengua.

Vilches estaba exultante este domingo. La Solana había liquidado al Manchego (0-1). Una bombona de oxígeno para un equipo cuya mejoría, ahora sí, parece evidente. Pero al margen de ese gol balsámico de Ángel Luis, bullía de gozo por el nivel de compromiso de su tropa. “Son jugadores súper competitivos y muy comprometidos con este escudo”. Los números son, una vez más, elocuentes: 7 puntos sobre 12 y un solo gol recibido en los últimos cuatro partidos. “Hemos recuperado la solidez defensiva y hoy [por el domingo] se ha visto también mucha presencia arriba”. “Tenemos gente jugona que necesitaba liberarse para hacer cosas que antes no hacían”. Pero no se engaña. Lejos de embadurnarse en esta resurrección, asume que la reconquista no ha hecho más que comenzar. “En esta liga valen los puntos, no la clasificación que tengas”. La Solana, a día de hoy, coquetea con el descenso a Preferente.

Y mientras ‘su’ Solana emerge de las cenizas, todavía no se han apagado las brasas de la ‘rajada’ previa al partido de los amarillos en Puertollano. Discurso enérgico, diáfano, rotundo. Con efecto viral. “¡La vecina Pura me ha dicho que has salido en el Marca!”, le dijo su madre. Vilches en estado puro. “La verdad es que estoy un poco asustado (no se lo crean), pero dije lo que todos piensas y no se atreven a decir”. Insiste hasta la saciedad: “No se pueden poner partidos entre semana antes de las ocho de la tarde”. “No es una categoría profesional”. En efecto, una cosa es ‘profesionalizar’ los procedimientos, la administración y la forma de gestionar los clubes, y otra muy distinta obligarles al profesionalismo. He ahí la gran clave. Cruzar ese Rubicón es una quimera para muchos. Autorizar partidos un miércoles a las 5 es, sencillamente, no conocer la realidad de la Tercera División. O tal vez obviarla, que es peor.

Aunque dice valorar los esfuerzos de la FFCM en algunos aspectos, considera que los reglamentos deportivos necesitan “una vuelta”. También los sanitarios. “Los equipos que incumplen en el tema del Covid deberían ser sancionados con puntos, y los que cumplen con sus pagos no deberían sentirse perjudicados ante otros que salvan la categoría y luego no hacen frente a sus deudas”. Y como Kiko Vilches no da puntada sin hilo, es plenamente consciente de que su andanada acabará como empezó, con una palmadita en la espalda. “Seguirán los horarios intempestivos y los clubes incumplidores”.

O sea, algunos quieren que la Tercera División sea un Ferrari que rueda por un circuito sin asfaltar. Mala simbiosis. El entrenador del CF La Solana solo ha puesto voz al Evangelio del fútbol modesto, aunque mucho nos tememos que no pasará de ahí, por mucho que se enseñe. Como dirían los clásicos: ¿Para qué sirve la Historia?: Para nada, pero el que no sabe historia no sabe nada.

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