
Previsiblemente, esta típica imagen de Benidorm no se producirá este verano Foto: GACETA
Gabriel Jaime
El sector turístico, hundido totalmente por la crisis del coronavirus, aguarda con impaciencia e incertidumbre las fases de desescalada. Las agencias de viajes siguen a la expectativa para comenzar a enderezar el rumbo de sus negocios mientras la ciudadanía todavía no sabe cómo serán sus vacaciones estivales. Hoteles, restaurantes, playas y todo lo relacionado con el ramo deberán readaptarse para ofrecer garantías sanitarias a sus usuarios en plena temporada alta.
María José Díaz-Cano, gerente de Viajes Polmar, tiene cerradas las puertas de su agencia y continúa teletrabajando con muchas dudas desde casa “en circunstancias normales estaríamos con las reservas anticipadas y los descuentos de verano, pero estamos sin vender nada” ha asegurado a la emisora municipal Radio Horizonte. Tras la llegada de la pandemia y el consiguiente estado de alarma, solo se dedica a cancelar reservas “primero fueron los viajes del Imserso, luego los de Semana Santa y ahora las vacaciones de verano que habíamos vendido”, indicó, recalcando que algunas cancelaciones fueron realizadas por los propios mayoristas.
Tras las últimas declaraciones del gobierno nacional, los hoteles abrirán a partir del 11 de mayo con limitaciones de aforo y no estará permitido viajar fuera de nuestra provincia hasta el 22 de junio en el mejor de los casos. Será también en junio cuando podamos ir a la playa, siempre que se existan condiciones de seguridad y distanciamiento. En cuanto a los viajes al extranjero, están lejos de producirse.
Estampas atípicas y evitar masificaciones
Con este panorama, Díaz-Cano señala que “estamos a la expectativa de cómo evoluciona todo. Mientras siga el virus, no podremos hacer mucho”. La situación está lastrando a un sector que abarca numerosos servicios y empleos “hay muchos negocios que viven del turismo, no solo las agencias de viajes, sino también hoteles, restaurantes, chiringuitos, tiendas de suvenir…”. Tampoco sabe cómo romperá el mercado “supongo que será algo parecido a la crisis de hace unos años. Por un lado, puede que haya ofertas excepcionales, pero si los hoteles abren al 50% de su capacidad tal vez no bajen tanto sus precios”.
En vísperas de un verano atípico, tiene claro que este año no se producirá la representativa imagen de un Benidorm plagado de bañistas “habrá que evitar las masificaciones, especialmente las que se producen en Levante, aunque creo que vamos a ver poca playa en general”. La agente de viajes piensa que el público se decantará por otras zonas “está claro que las islas serían un buen lugar porque ha salpicado muy poco la pandemia y ciertas localidades de Andalucía también por sus grandes playas”.
Todo dependerá del desarrollo de las fases y de que los indicadores permitan una mayor normalidad “a ver si el calor sirve para matar al virus, pero en cualquier caso, mucha gente se quedará en sus casas este verano”, según recalca. Y a esto abría que añadir una estampa totalmente rocambolesca “no me imagino ir a la playa o a la piscina del hotel y tomar el sol entre mamparas”, apostilló.
El Imserso suspende, los novios aplazan
Díaz-Cano también habló de los viajes del Imserso, que fueron los primeros en paralizarse “se suspendieron todos los viajes y se devolverá el importe íntegro, aunque de momento no se sabe cuándo”. Al respecto, explicó que si algún usuario anuló su paquete vacacional por voluntad propia antes del 12 de marzo, les cobrarán un pequeño porcentaje.
Mención aparte para los viajes de novios. Se están aplazando las bodas y también sus correspondientes ‘lunas de miel’. En este sentido, indicó que “las mayoristas se están portando bien y de momento se recomienda quedarse en España”.