
La A-4 ha sido cortada en varios puntos
Aurelio Maroto
Lejos de parar, las protestas del campo aceleran. O aprietan, como en su día aconsejó el vicepresidente segundo del Gobierno. La mañana de este lunes se han repetido concentraciones simultáneas en la provincia, cortando varias autovías, entre ellas la A-4 a su paso por Manzanares y Valdepeñas. Muchos agricultores solaneros se han desplazado hasta ambos puntos, convocados por las tres organizaciones agrarias: ASAJA, COAG y UPA. Pocas veces ha habido tanta unanimidad, y tanto enfado. Radio Horizonte-La Solana ha entrevistado en directo a dos agricultores a pie de marcha, uno en cada punto de reunión.
Casto García-Cervigón es vicepresidente local de COAG. “Veo una fila enorme de gente andando y detrás están los tractores”, decía mirando al punto kilométrico 172 de la A-4, en Manzanares. Vuelven a salir porque “lo que han hecho son parches”. Afirma que el gran problema es la importación de productos sin etiquetar de terceros países. Y puso varios ejemplos para entenderlo. “Un contenedor de naranjas de África llega al puerto de Algeciras, el manipulador las mete en la bolsita, le pone ‘Made in Spain’ y legalmente es producto español”. “Si lo trasladamos a la confección, es como si te hacen una camisa en Bangladesh pero le pones los botones en España, pues ya es producto Unión Europea”. “O la carne que viene de Chile pero la meten vía Polonia o Rumanía, es lo mismo”.
Visiblemente contrariado, señala que no es de recibo que el consumidor pague por una calidad falsa. “El consumidor tiene que exigir un etiquetado auténtico, con todas las garantías”. “Se está envenenando a la gente legalmente”. En definitiva, exige actuar contra los lobbies de presión para cuidar la salud de sus ciudadanos. “El Gobierno tiene que meterse a saco con las importaciones que no respetan nada”.
Alfonso Marín estaba en Valdepeñas, junto al kilómetro 197 de la misma autovía Madrid-Cádiz. Insiste en que están vendiendo a precios de hace treinta años con costes de hoy “y eso es insoportable”. “Todas las negociaciones con países del Tercer Mundo son a costa de los agricultores y nos envían productos agrarios tratados con fitosanitarios que aquí llevan prohibidos quince años porque eran cancerígenos”.
Tienen las ideas claras. “Esta marcha es imparable hasta que logremos nuestras reivindicaciones”. “La gente está harta de que nos machaquen”. En contra tienen muchos obstáculos, pero también armas a favor. “El sector está más unido que nunca y la sociedad ve que llevamos razón”.