
Agricultores solaneros durante la manifestación en Toledo Foto: ASAJA
Aurelio Maroto
Alrededor de 200 agricultores de La Solana arroparon la gran manifestación de este martes en Toledo, que congregó a varios miles de profesionales del campo de Castilla-La Mancha, en pie de guerra ante lo que consideran una situación límite del sector agrícola y ganadero. Hasta 3 autobuses, más algunos coches particulares, salieron rumbo a la capital regional para unirse a la protesta. ASAJA, COAG y UPA fueron de la mano.
“Que yo recuerde es la primera vez que se ha manifestado tanta gente de La Solana”, declaró a Radio Horizonte el presidente de ASAJA-La Solana, Juan José Díaz de los Bernardos. “Somos el pueblo de la región con más incorporación al campo y llamó la atención la cantidad de jóvenes agricultores que había”.
La marcha discurrió en un ambiente tranquilo, pero firme. “No hubo ningún tipo de incidencia y el comportamiento fue genial, como debe ser, pero también fue contundente porque hay muchas explotaciones al límite, el vaso está rebosando”.

Juan José Díaz de los Bernardos Foto: GACETA (archivo)
Díaz de los Bernardos, que también es agricultor, insiste en venden sus cosechas al precio de hace treinta años mientras los costes de producción no paran de subir. A fin de concretar, explicó en qué momento están los tres cultivos principales del momento: cereal, olivo y vid. “El cereal renta muy poco porque la cebada está a 25 o 26 pesetas, mientras que un kilo de abono vale 50 pesetas y un kilo de simiente certificada unas 60”. “Solo con la siembra echas un kilo por fanega y si cogemos 2.000 kilos solo en la simienza llevamos 1.000, más labranza, gasoil, jornales…”.
Sobre la aceituna, admitió que el año pasado hubo una campaña buena y “pudo ser rentable”, pero este año ha llegado la vecería, con un 65 por ciento menos de cosecha y los mismos gastos. “Los precios son irrisorios, nuestro oro líquido se está pagando a precio de chatarra”, lamenta.
Y en cuanto a la uva, también reconoce que el año pasado se pudo salir adelante gracias a la cantidad de cosecha, pero este año ha caído un 30 por ciento y con precios similares. “Nos acusan a los agricultores de llorones, pero ya es hora de que nos quiten esa etiqueta”.
La gran pregunta es dónde se va el dinero entre el producto en origen y venta al público. No quiere poner el foco en un solo eslabón de la cadena. Las organizaciones agracias saben que intervenir los precios es harto complicado, pero insisten en que hay una realidad: “nosotros no ponemos precio a lo nuestro mientras otros sectores sí repercuten sus precios según los costes de producción”. Denuncia que entre intermediarios, grandes superficies o comercializadores se llevan la parte sustanciosa del producto.
Un problema añadido son los aranceles en países como Estados Unidos, un gigante que absorbe mucha producción agroalimentaria de primerísima calidad, como el queso, el vino o el aceite. Díaz de los Bernardos cree que “esto acaba de empezar y nos afecta mucho”. “Los aranceles los ha puesto Trump porque la Unión Europea subvenciona a la aeronáutica Airbus, que es competencia de la norteamericana Boeing, y yo me pregunto qué tenemos que ver nosotros en ese tema”. Y Tras USA puede venir Gran Bretaña, a cuenta del Brexit.
¿Cómo se pone freno? El dirigente de ASAJA tiene claro que “debe ser el ministerio, porque nosotros poco podemos hacer”. “Si no se pueden intervenir precios, al menos sí se puede hacer un Real Decreto que exija no vender productos agroalimentarios por debajo del coste”.
Al menos, las organizaciones sindicales valoran positivamente las declaraciones de las autoridades políticas, tanto del consejero como del ministro. “Parece que por fin se han dado cuenta que este problema hay que resolverlo; ahora faltan los hechos”. Juan José Díaz de los Bernardos confía en que esta manifestación haya marcado un antes y un después, “principalmente porque el sector por fin está unido y estas protestas no acaban aquí”.