La plantilla posó con una camiseta de apoyo a Almarcha Foto: GACETA
Aurelio Maroto
Ha habido que esperar 112 días, una eternidad para una de las mejores aficiones de La Mancha. Fue el lejano 13 de octubre cuando La Solana derrotó al At. Albacete (3-1), tres meses y medio de larga espera que este domingo quedó atrás gracias a un solitario gol de Said y, por qué no de decirlo, a una determinada dosis de fortuna. Tal vez fue el influjo de Almarcha, quién sabe, que empujó desde la grada muleta en mano. No hubo mejor dedicatoria para el ‘10’ de La Moheda.
El Torrijos, que exhibió solidez, calidad de medio campo hacia delante, y dominio del juego en una segunda parte que fue suya, se fue con la sensación de haber perdido una gran ocasión. Pero no acertó en las pocas que tuvo y La Solana sí. He ahí la diferencia medular. Por eso los amarillos saborean hasta la extenuación tres puntos que le saben a gloria. La hinchada, que sufrió lo indecible, se marchó con un comentario unánime: “hemos ganado sin fútbol, pero hemos ganado”. Y dadas las circunstancias, cuentan los puntos, no las sensaciones.
Una de las muchas pugnas del partido Foto: GACETA
Pepe Berja salió valiente, con Richi, Fuentes y Said arriba. Un tridente de brega, pero sin más referencia que David Sevilla en el enganche por dentro. Bastante más atrás, Pirri y Diego Sevilla se desempeñaban en el pivote defensivo. A falta de una referencia clara en la media luna, la idea era lanzar a los estiletes en busca de grietas en la zaga visitante, sin pararse en hilvanes de fútbol. El piso no invitaba a más.
Y como el Torrijos tampoco vino a buscar a La Solana, el partido se convirtió en un peloteo feo y huérfano de fútbol por bajo. Tenía que ser así, en un balón largo, como había de llegar el peligro. Miguel Fuentes metió el cuerpo bien en un envío al vértice del área, recortó hacia dentro y el defensa interceptó con el brazo. Penalti claro y el malagonero se tiró como un lobo a por el balón. Tal es su ansiedad. Pero Toni Lechuga desvió el lanzamiento. Menos mal que Said anduvo rápido y recogió el rechace para fusilar a placer. La Moheda, por fin, volvía a cantar gol tras una sequía que duraba demasiado.
Los jugadores celebran el gol de Said (9) Foto: GACETA
Era el minuto 20 y la primera parte no tuvo mucho más. La Solana se encomendó al orden defensivo, con un gran trabajo de cobertura, mientras el Torrijos no encontraba cómo penetrar, excepto algún que otro balón aéreo que Monreal neutralizó con gran autoridad.
La segunda parte fue otra historia, aunque con el mismo final. El Torrijos dio un paso adelante y se hizo con el esférico. La Solana comenzó a sufrir de verdad. La más clara para los toledanos llegó pronto, a los 9 minutos, pero Borja mandó a las nubes una mano a mano con Monreal.
El balón era del Torrijos y La Solana ponía a prueba toda la sapiencia defensiva de un equipo que sólo ha recibido 3 goles en los últimos 9 partidos. Pepe Berja optó por oxigenar con más músculo, a costa de menos control. Se fue Pirri y salió Juli. Un poco después, se marchó David Sevilla y debutó Mai, partiendo el equipo completamente en dos. Hubo runrún en La Moheda. Pero la apuesta salió bien al de Linares, porque Juli puso cemento a la defensa y Mai fue un moscardón arriba. La Solana protegió con éxito su botín y los jugadores estallaron de júbilo con el pitido final, sobre todo Diego Sevilla, muy expresivo, quizás sabedor de que ha vuelto para quedarse.
Diego Sevilla y Richi (11) se abrazan al término del partido Foto: GACETA