El paso de San Sebastián junto al pórtico de la ermita en la procesión del sábado Foto: GACETA
Paulino Sánchez
La lluvia hizo acto de presencia al finalizar la procesión en el barrio de San Sebastián, adelantada a la noche del sábado para no coincidir con la que el domingo se celebra con motivo de la bajada al Humilladero de la Virgen de Peñarroya. Y a punto estuvo de no celebrarse el desfile debido a la aparición del agua, lo que hizo demorar un tiempo la salida, aunque finalmente la directiva optó por echar a andar, aunque tuvo que aligerarse en el tramo final de recorrido.
Las diversas actividades programadas para el día del patrono del barrio santeño concluyeron con la misa celebrada en la ermita, oficiada por el párroco de Santa Catalina, Benjamín Rey, participando en la parte musical el coro de la Iglesia de Santa María ante numerosos los fieles que llenaban el templo.
Posteriormente daba comienzo el desfile procesional, que encabezaba la banda de la Agrupación Musical de San Sebastián con su uniforme de gala. Representantes de cofradías y hermandades figuraban en el cortejo procesional, así como devotos que acompañaban al santo, que desfiló en su carroza cuajada de flores y bien iluminada, marchando detrás de la carroza el párroco de Santa Catalina, alcalde y concejales de los grupos socialista y popular, cerrando el desfile la banda del Santo Sepulcro y Soledad de la Virgen de Villanueva de los Infantes.
Agrupación Musical de San Sebastián durante la procesión Foto: GACETA
Al final del recorrido, que estaba profusamente engalanado con numerosas colgaduras alusivas a la celebración, tuvo que aligerarse el paso debido a la aparición de la lluvia, llegando a la puerta de la ermita, donde se le ofreció a San Sebastián una función de fuegos artificiales y una vez que la imagen pasaba al templo la banda titular interpretaba su himno.
Nicolás Jaime, junto al presidente Manuel Delgado, dispensando las raciones de migas Foto: GACETA
La jornada también coincidió con la comida solidaria que celebró la hermandad en un local del barrio de El Santo. La impresionante sartén que adquirió el colectivo el año pasado sirvió para guisar las migas solidarias que también fueron otra fuente de ingresos. Según los directivos, se utilizaron un total de 165 panes para su elaboración, vendiéndose las raciones al precio de tres euros.