Manolo Sancho -dcha- habla con su ayudante, Goyo, durante el partido                                                                                                 Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

La Solana: Antonio, Juli, Diego Sevilla, Josema, Manuel, Dani, Edu Corrales, Capelo, Raúl, Mini y Babu. En la segunda parte salieron Candelas, José Mari, Edu Jiménez, Josué y Fran Marín.

At. Pedro Muñoz: David Cantarero, Perea, Jaime, David Solana, Monje, Loren, Rubio, Juanpa, Pichi, Quini y Óscar. También jugaron Alberto, Andrés y Eusebio.

Árbitro: Rosado Montero. Demasiado tarjetero en un partido de guante blanco.

Goles: 1-0 m.41 Mini remacha un servicio de Juli.

            2-0 m.64 Babu, de vaselina.

Incidencias: Unos 300 espectadores en La Moheda en tarde fría y ventosa.

Comentario: Inyección de anestesia a esa jaula de grillos llamada CF La Solana. El 2-0 ante el At. Pedro Muñoz (Mini y Babu) es la mejor adormidera como epílogo a un auténtico thriller psicológico de varias semanas y cuyo guión hubiera firmado el mismísimo Hitchcock.

            Manolo Sancho ha debido dormir pocos en los últimos días. La ilusión de asaltar el banquillo de La Moheda venía emborronada por el marrón de coger un vestuario agitado y un ambiente algo más que enrarecido. Lo llamaron el martes, la directiva se dividió para aceptar sus condiciones, sobre todo una, y se puso al frente de los entrenos miércoles, jueves y viernes. Con un mensaje claro y rotundo: unidad.

            Consciente de que coge un clavo ardiendo, el joven técnico se ha esforzado por que su mensaje cale en el vestuario. Ese vestuario (no entero) que facturó a Luismi. Y en la afición, mosqueada con todo un poco. Pero nada tendría sentido si no se ganaba el domingo, y se ganó.

            La Solana superó al At. Pedro Muñoz sin alardes. Faena de aliño ante un rival que exigió poco, muy poco. Acaso orden táctico y gusto por sacar el balón raseado, pero sin presencia arriba. Romo como un lápiz sin mina. Manolo Sancho calcó a Luismi en el once tipo, aunque avanzó a Babu como ariete puro en ausencia de Naranjo y ante la poca confianza que le ofrece Edu Jiménez, que sigue pasando de puntillas por La Moheda.

            El arranque fue bueno. Edu Corrales chispeó por el costado zurdo, rompiendo un par de veces la cintura a su par y generando un par de buenas ocasiones. A menudo le doblaba un inquieto Manuel. Babu tuvo otra en un cabezazo que salió desviado por poco. Era el minuto 11 y La Solana parecía otra. Sólo parecía. El fogonazo se fue apagando y el equipo entró en un juego insulso, maniatado por el molesto viento que soplaba.

            Los pedroteños se desperezaron un poco e intentaron tocar en el medio. Pero no tenían profundidad y hacían cómodo el trabajo de Diego Sevilla y Juli. Las dos torres amarillas dominaron completamente el juego aéreo y anduvieron ágiles en el corte. Bajo palos, el juvenil Antonio resolvió con aplomo el poco trabajo que tuvo.

            El peligroso tedio lo rompió un tal Juli. El buldozer amarillo rompió por el medio, robó la cartera a sus homólogos rojillos y se plantó ante David, aunque fue generoso y cedió la gloria del gol a Mini, que siguió la jugada por el palo largo. El volante solanero señaló y besó con profusión el escudo delante de la tribuna. En verdad, era un gol con carga emocional que debía soltar la tensión y, quién sabe, la mala sangre.

            La Solana siguió controlando el partido en la reanudación, aunque sin brillantez. El partido entró en un bucle de tuya-mía sin sustancia y el Pedro Muñoz dio un susto muy serio en el minuto 7. Pero Quini estuvo muy torpe en un cabezazo franco delante de Antonio. No habría más noticias de los visitantes en ataque.

            Manolo Sancho vio el pampaneo y movió el banquillo. Sacó a Raúl, todavía mermado físicamente tras su lesión de rodilla, y metió al chaval Candelas, delantero del equipo juvenil. Retrasó a Babu, que caminó todo el partido al límite de la navaja porque tenía una tarjeta desde el minuto 15 y lo protestaba todo, y el equipo se asentó un poco más. Espectacular desgaste físico de Mini, que percutió por banda constantemente y ayudaba en la zona ancha a la hora del repliegue. Se llevó todas de cabeza en los envíos por alto. Y junto a Mini, Dani, el otro correcaminos de este equipo.

            Otra vez llegó el gol cuando el partido andaba más dormido. Babu aprovechó un balón largo para encarar a David y batirle con una sutil vaselina. Partido finiquitado.

            Sin embargo, la factura no se había pagado del todo. Josué fue expulsado con roja directa a dos minutos de final de forma muy rigurosa, Josema vio la quinta amarilla en una acción que no la merecía y Edu Corrales se retiró cojeando con el empeine maltrecho. Dos no estarán, seguro, en Manzanares, y el otro es seria duda. No es poco que volverá Almarcha y seguramente Naranjo. El ‘clásico’ espera para medir de verdad la resurrección amarilla. De momento, puntos de sutura. La aguja de Manolo Sancho ha hilado fino en su debut.