
Pablo Díaz-Malaguilla junto a Luismi y Dani Soria el día de su presentación Foto: GACETA
Aurelio Maroto
El presidente del CF La Solana ha hablado claro. Él y su junta directiva apoyan el trabajo de Luismi y esperan que el equipo reaccione. No es ningún cheque en blanco para el técnico salmantino, pero sí un aviso a navegantes. No en vano, sugiere que si hubiera que tomar decisiones, estas podrían afectar a la plantilla. O sea, el diagnóstico no revela que el problema esté en el banquillo.
Pablo Díaz-Malaguilla se enfrentó con valentía a las preguntas de Radio Horizonte, sin escurrir el bulto ni tirar balones fuera, aunque con prudencia. Tiene la sangre lo suficientemente fría para gestionar momentos así sin alterar el gallinero. Pero el corazón seguía caliente tras el fiasco del domingo en Valdepeñas. “Más que los tres puntos fue la imagen de impotencia que transmitió el equipo; fue un palo para los que estuvimos allí”. “La afición terminó enfadada y nos escoció la derrota”.
Esas derrotas lo amplifican todo en sentido negativo, admite el presidente, consciente de la marejada que ha podido provocar la marcha voluntaria de Sancho. El capitán se despidió de todos, excepto de Luismi.
El presidente no encuentra explicación al cambio del equipo tras el éxtasis ante el At. Ibañés. “Contra el Puertollano fuimos un equipo entregado a lo que el rival dispuso y en Valdepeñas no se intuyó ninguna reacción. Vi al equipo sin espíritu de rebelarse”. Queda tiempo para todo y esto es muy largo, está claro, pero la preocupación no es por la distancia con el Miguelturreño, perfectamente salvable, sino por la sensación que da el equipo. “Con esa actitud y con ese juego no vamos a ningún sitio”. “Creo que hay plantilla para poner remedio y tirar hacia arriba”.
Se habla mucho del carácter de Luismi. Que si atosiga a los futbolistas, que si tiene genio, que si vocea mucho… Nada que tenga que ver con cuestiones tácticas o decisiones supuestamente erróneas que puedan afectar al juego. Pablo Díaz-Malaguilla lo entiende así, por eso responde contundente cuando se le pregunta si mantienen su confianza en el míster. “La confianza en el entrenador es total por parte de la directiva. Su obligación es poner remedio a esta situación y sacar lo máximo a los jugadores, pero confiamos en él”. ¿Y si el equipo no reacciona? “Ahora no pensamos en destituciones. He trasmitido a la plantilla lo que la directiva piensa y son ellos, jugadores y cuerpo técnico, quienes tienen que demostrar su calidad”. “La idea de la directiva es que Luismi siga hasta final de temporada si el equipo vuelve al nivel que tenía”. ¿Y si no es así? “Entonces habrá que pensar en tomar decisiones, pero que no tienen por qué afectar sólo a Luismi”.