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Copia de Santi Gª Cervigón-1

Santi Gª Cervigón durante el partido de su debut este sábado                                                                                              Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

            El FS La Solana abandona su melancolía con una ensalada de fútbol y corazón. El ‘efecto Santi’ sopló fuerte en el pabellón ‘Antonio Serrano’ y la afición vio cómo su equipo recetaba un triunfo solvente ante el Calera (3-1). Suficiente para ahuyentar fantasmas, cerrar la crisis que provoca cualquier cambio de entrenador y demostrar que el relevo en el banquillo ha sentado bien. De momento.

            La Solana ganó por convicción, justo lo que le falta a su rival. El Calera es un señor equipo en el apartado técnico, muy capaz en la ronda de pases y de movimientos rápidos. Pero le falta alma. Por eso va como va. Los amarillos salieron arreando en un pabellón con más público del habitual. Había expectación ante el debut del nuevo técnico, que ha caído muy bien en todos los ámbitos que rodean al club. Volvió a sonar un bombo y el ambiente se parecía al de antaño. Sólo se parecía.

            Primera parte de poder a poder. La Solana apretada un poco más, pero el Calera se defendía bien, arropado en un gran portero y con desparpajo en la proyección a la contra. Magnífico trabajo en el balance defensivo de los locales, que también se encomendaron a un inspirado Fran. El juvenil fue titular y demostró su talento. Con todo, el intercambio de golpes no se tradujo en goles. Cero-cero al descanso.

            El partido se rompió en la reanudación, en parte a la irrupción de Pelu, que emergió gigante para pilotar la victoria. El hombre que amenazó con marcharse si no había cambio en el banquillo respondió con juego y goles. Es el ‘dandy’ que acabó de afinar la orquesta. A su exhibición se unió Juanillo, otro artista que firmó un nuevo doblete. Detrás de ambos, un equipo entregado a la causa. Gran Kiko, gran López, gran Vicente…

            Y lo mejor de todo, La Solana jugó al límite sin cargarse de faltas. Fue el Calera quien acabó con cinco, básicamente porque los amarillos llegaban una décima antes a cada balón dividido. Los toledanos buscaron la igualada, y después la épica, con portero-jugador. Defensa perfecta de los locales, que esta vez no respondieron jugando también de cinco. Los experimentos, con gaseosa. Y ya con 3-0 llegó el único tanto de los visitantes, apenas un rasguño en la piel de elefante que tenían enfrente.

Compromiso

            Al término del encuentro, Santi García-Cervigón estaba feliz. Normal porque su nuevo equipo le había respondido con creces, dando una lección de entrega. Durante la semana había repetido la palabra clave: ‘compromiso’. Es lo único que pide a sus futbolistas. Porque a partir del compromiso se construye lo demás. La afición salió contenta e invitada, aunque tendrá que esperar al 7 de enero para volver al ‘Serrano’. Ojalá y para entonces siga vigente el ‘efecto Santi’. No hay razones para pensar lo contrario. Antes del parón navideño, viaje a Ciudad Real para medirse al Salesianos. Momento para saludar a viejos conocidos y, de paso, intentar mojarles la oreja.

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