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Copia de Toros puerta grande Huertas

Emilio Huertas sale a hombros por la puerta grande tras su histórica encerrona en La Solana                                           Foto: GACETA

           Gabriel Jaime

El diestro Emilio Huertas saldó su encerrona en La Solana con cinco orejas en el esportón y salida a hombros por la Puerta Grande, en un festejo largo y entretenido a la vez. El torero de Santa Cruz de Mudela estuvo muy voluntarioso durante toda la tarde y se entregó ante cada uno de sus enemigos, dejando destellos de calidad y fases de buen toreo, aunque no consiguiera ninguna faena para enmarcar. Tocó pelo en tres toros (1º, 3º y 6º) y pudo aumentar su botín si hubiese estado más acertado con los aceros. Reto superado antes de su posible doctorado en Las Ventas el próximo mes de agosto, donde debe rendir al 100% para ganarse un hueco en el olimpo de las figuras.

Copia de Toros capotazo

Emilio Huertas da un capotazo durante la lidia de su primero                                                                                                   Foto: GACETA

‘El triunfo exige retos’. Así rezaba el cartel promocional de la feria taurina de La Solana. Un desafío que lanzaba el matador ciudarrealeño en pro del ansiado éxito para un prometedor espada que intenta colarse en las ferias de relumbrón y subir puestos en el escalafón.

Huertas se la jugó ante un encierro de Toros del Ojailén, de buena presentación, variado pelaje y juego desigual. Astados que salieron muy sueltos de los chiqueros y que no se prestaron para el lucimiento de capote en los lances de recibo. Todos tomaron una vara de castigo y el último sólo fue señalado por el piquero. El castaño primero resultó sosote, el segundo listón se rajó, el berrendo tercero se entregó en la embestida, el castaño cuarto también tuvo cierta nobleza, el negro quinto fue manejable y el negro sexto fue de más a menos.

Copia de Toros derechazo

El diestro recetando un derechazo                            Foto: GACETA

El maestro anduvo firme y decidido para ofrecer espectáculo desde que terminó el paseíllo. Las gradas también arroparon al maestro desde el primer minuto cuando le tributó una sonora ovación antes de dar salida al primero de la tarde. El público cubrió casi la mitad de los tendidos de la plaza, con la presencia de aficionados de la peña taurina ‘La Solanera’, ‘Peña Cultural Taurina Samuel Flores’ y la propia peña del torero santacruceño. Tras el paseíllo, fue homenajeado el fallecido Ángel Naranjo, que fuera secretario de la Peña Taurina ‘La Solanera’, recibiendo un detalle su viuda Emilia Gómez y uno de sus hijos.

Brindó al público la muerte del primero y del último de la tarde, comenzando con mucha ilusión y terminando con las ganas de haberlo hecho mejor en el cómputo general. Unas veces por la poca ayuda de los toros y otras por la falta de recursos, el propio torero reconoció finalmente que esperaba más de una tarde tan especial.

Instrumentó algunas tandas por ambos pitones al que abría plaza, en una faena carente de sentimiento por la poca transmisión del de Ojailén. El torero estuvo por encima de su oponente ligando en los medios, si bien la breve embestida del burel hizo que no pudiera alargar la mano como le hubiese gustado. Aún así, consiguió buenos derechazos ante el viaje corto del toro, rematando con abrochados y circulares antes de recetar una estocada casi entera y tendida, además del descabello, recibiendo su primer apéndice.

El segundo se rajó nada más salir al albero. Un manso que complicó el tercio de varas, echando la cara arriba al banderillero de turno Ángel Otero, quien se lució con los rehiletes con un par de dentro a fuera que fue ovacionado por los tendidos. El toro se dedicó a escarbar, recular y hacer caso omiso de las telas, huyendo de la pelea y cobijándose en las tablas.

En el tercero se vieron algunas chicuelinas de Huertas cuando llevó al toro hacia el peto del piquero. El maestro se dobló al inicio de faena para sacarlo con torería a los medios. El enemigo acudía bien al engaño cuando le pegaba la muleta al hocico, alargando la mano en algunos momentos con derechazos de buena factura. También toreó suavemente al natural, ciñendo los muletazos con mucha entrega y decisión. Se adornó con circulares antes de matar en la suerte de recibir, propinando una buena estocada. Dos orejas.

Copia de Toros espada-1

Huertas anduvo desigual en la suerte de matar                                                                                                                                Foto: GACETA

Al llegar al ecuador del festejo, el diestro cambió su terno de gris perla por otro de tonos azul marino, lo que se aprovechó para regar el albero y dar rienda suelta a las viandas de los espectadores, si bien se enfrió el ambiente taurino y posteriormente dilataría la tarde. La Banda Municipal entretuvo al respetable a ritmo del pasodoble ‘Amparito Roca’ haciendo la espera más agradable.

Ganas y pundonor puso el de Santa Cruz en el cuarto de la tarde, con mucha entrega en la faena falló con la tizona. Con decisión y elegancia, se sacó al toro a los medios, basando su trabajo en la mano derecha ante la benevolencia de aquel pitón, algo más potable que el izquierdo que ofrecía más dificultades. Lo sometió con tandas de derechazos con gusto y estrujó al astado hasta la extenuación, en una faena de altibajos por la poca colaboración del animal. La merecida oreja por la entrega del diestro, voló tras dos pinchazos y media estocada.

No hay quinto malo, y no lo fue del todo el que se lidió en dicho lugar. A este lo recibió con bellos lances a pies juntos que remató con una vistosa media. Huertas alargó el trasteo a un toro de medio cigarro en una obra de más a menos que terminó con sendas estocadas atravesadas y caídas que provocaron la pérdida de algún trofeo. Estuvo muy aseado por ambos pitones mientras duró el tranco del astado, ligando tandas donde dejó destellos de calidad hasta que el Ojailén ya no quiso cuentas. Finalizó con pases rodilla en tierra antes de malograr con el estoque y los descabellos. Destacó otra vez el subalterno Ángel Otero, que protagonizó un animado tercio de garapullos. El banderillero montó el taco con gallardeo incluido antes de parear discretamente. Fueron más vistosos los preámbulos que los embroques en sí, incluso arrancó varios compases musicales de la Banda Municipal que premió el esfuerzo del de azabache.

El que cerraba la tarde fue solo señalado por el piquero. Huertas lo dejó algo crudo consciente de que era su último cartucho para sumar más botín al esportón. Arrancó con pases cambiados por la espalda para ganarse rápidamente el aliento de las gradas, metiéndose al público en el bolsillo en los prolegómenos. Después corrió la mano por ambos pitones con mucha elegancia, intentando sacar el máximo jugo posible a un toro que se rajó a mitad de faena. Antes tuvo tiempo de dibujar muletazos de calidad, mientras el toro quería refugiarse en las tablas. El esfuerzo, la entrega, el pundonor, y el derroche físico fueron recompensados con las dos orejas después de propinar la mejor estocada del festejo.

Tres horas de festejo en tarde soleada y calurosa que fue amenizada por la Banda Municipal de Música que dirige Ángel Sancho con un gran recital de pasodobles taurinos.

Objetivo cumplido. Reto superado. Cinco orejas y triunfal salida por la Puerta Grande para un Emilio Huertas que tenía sensaciones ambivalentes tras la corrida. Por un lado dio todo lo que tenía y por otro no tuvo la colaboración esperada del encierro de la ganadería de Brazatortas.

El triunfo exige retos y el próximo de Huertas será en la plaza más importante del mundo, la que más da y la que más quita. Compromiso de envergadura para un torero que aspira a lo máximo y que sueña con ser figura. Suerte maestro.

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