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 Almarcha celebra gol

Almarcha -segundo por la izda- es felicitado tras su golazo                           Foto: Sebas Candelas

Aurelio Maroto

La Solana: Toni Huertas, Juli, Juanma, Sancho, Capelo, Jose López, Tore, Almarcha, Pitu, Naranjo e Inti. En la reanudación salieron Néstor, Michel, Palacios, Javi Núñez y Matías.

Quintanar: Peinado, Migon, Arias, Rubén, Linillos, Minos, Zuno, Juanvi, Jaime, Alfredo y José Luis. En la segunda parte salieron Maca, Dani, Mingui, Josevi e Ismael.

Árbitro: Pacheco Lozano. Amonestó al local Jose López y a los visitantes Josevi y Dani.

Goles: 1-0 m.25 Toni Huertas, de penalti.

         2-0 m.38 Almarcha, desde el borde del área

         3-0 m.82 Pitu aprovecha un grave error de Peinado.

Incidencias: Tarde soleada en La Moheda. 400 espectadores.

Comentario: Un francotirador no lo hubiera hecho mejor. Como en la película “Enemigo a las puertas”, La Solana simplemente esperó su momento. Agazapada, sin necesidad de argumentar fútbol, tal vez que porque el estado de la hierba no lo permite, o porque no lo tiene, se dedicó a controlar y aguardar con paciencia su momento. Así fue como liquidó a un Quintanar que llegaba a La Moheda como un Ferrari, y se marchó echando como el gato.

         La Solana volvió a sufrir tácticamente. Juan de Lara quería cambiar la dinámica en casa y sorprendió con un once netamente ofensivo. Hasta cuatro delanteros de inicio, más Almarcha como media punta. Pero tanta madera de tres cuartos para arriba se topó con las andanadas directas del Quintanar, que renunció a jugar en corto. Eso provocó un vacío en la zona ancha, unido a un desgaste descomunal en el repliegue. Jose López se encontró sólo en la zona de creación y los visitantes encontraban grietas en su proyección a la contra.

De hecho, el primer cuarto de hora fue franjirrojo. Toni Huertas ya tuvo que intervenir en el primer minuto en un disparo a bocajarro de Juanvi. En el 5, una indecisión entre Huertas y Sancho a punto está de costar el 0-1, y en el minuto 14 es Jaime quien dispara fuera en buena posición. En esos instantes, La Solana tenía varios problemas. No tenía el balón, jugaba en inferioridad en medio campo y eso facilitaba que el contrario llegara mejor a las segundas jugadas. En el banquillo, Juan de Lara se desgañitaba pidiendo más movilidad, más rupturas y más atención al segundo palo en las jugadas de ataque. El equipo estaba tieso en el campo.

Hasta que Tore, otra vez Tore, apareció por al área y provocó el penalti de José Luis, por mano clara. Toni Huertas, infalible, no falló. El 1-0 cambió la decoración por completo. La Solana se asentó mejor y comenzó a carburar con y sin balón. Almarcha, quizás el mejor de los amarillos, hizo el segundo con un zapatazo marca de la casa antes del descanso.

El partido murió ahí, porque La Solana creció en consistencia a medida que el Quintanar se desplomaba. De hecho, la segunda parte fue plana. El fútbol-control que ejercieron locales fue absoluto, no dejando resquicio a las tentativas toledanas. De hecho, éstos no tuvieron una sola ocasión. La Solana tampoco, con la diferencia de que no le hacía falta. La mejor noticia fue el regreso de Néstor. El colombiano, después de siete partidos fuera por una sanción draconiana, fue recibido por La Moheda con una ovación. Aún bajo de forma por culpa de una reciente gripe, necesitó un par de pinceladas para volver a gustar y gustarse. Este equipo necesita a Néstor como el comer.

Poco después llegó el 3-0, obra de Pitu tras un error de circo del meta visitante. Pero había que seguir la jugada por si acaso. Y resulta que Pitu es un maestro del por si acaso.

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