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 Copia de Araque en un partido de la temporada pasada Foto Sebas Candelas

La Solana debe apelar al orgullo para levantarse en los próximos partidos         Foto: Sebas Candelas

         Aurelio Maroto

         Las derrotas siempre duelen, pero unas más que otras. Hay veces que uno regresa enfadado, otras compungido y algunas indignado. Pero en ocasiones vuelves a casa rabioso. Le sucedió el domingo al CF La Solana tras jugar en Piedrabuena. Empató a tres goles en un partido vibrante, sí, pero también sui géneris. La factura que el equipo pagará es muy costosa, ya que terminó con tres expulsados, dos por roja directa. Se de la circunstancia de que son tres jugadores de banda. Nunca mejor dicho, a La Solana le han cortado las alas para el próximo partido, como mínimo. Es más, los dos centrales titulares, Juli y Araque, vieron la quinta amarilla, de modo que tampoco podrán jugar el domingo que viene.

         Así, desplumado, terminó la tropa de Juan de Lara su encuentro en “El Olivar” de Piedrabuena. Siempre según la versión de la expedición amarilla, la actuación arbitral fue decisiva. El malagonero Tapiador Alcolado habría condicionado el resultado de manera flagrante, especialmente en la jugada del 2-2. La Solana ganaba 1-2 al descanso tras jugar una gran primera parte, pero al poco de la reanudación llegó el empate en una jugada donde, según Toni Huertas “voy a coger el balón y un delantero se me adelanta y le da un manotazo; cuando voy a cogerlo dentro de la portería veo que el árbitro ha dado gol; en mi vida he visto nada igual”.

         Fue la espita que abrió la caja de los truenos. Después llegó la expulsión de Tore por doble amarilla “lloraba como un niño, no entendía cómo podían haberlo expulsado por no hacer nada” –dice Huertas-. Para colmo, y con el equipo volcado en busca de la victoria, llegó la expulsión de Capelo “le hicieron un penalti clamoroso cuando iba a tirar a gol”. Capelo protestó y a la calle. Luego llegó la entrada de Mini, castigada con otra roja directa. Juan de Lara, cauto, no ha querido hablar de la actuación arbitral. Es más, no justifica las expulsiones de Capelo y Mini “debieron mantener la calma por muy indignados que estuvieran”.

         Es inútil lamentarse. Patalear es sólo eso, por mucha razón que tengas. La realidad es que el CF La Solana no pasó del empate y pierde la cuarta plaza, aunque sigue a tiro de piedra del tercero. Toca levantarse, recomponer el equipo para recibir el domingo al At. Teresiano de un viejo conocido, Néstor. El orgullo y la mejor afición de la categoría pueden ser suficientes para volver a sonreír.    

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