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La ciudad

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Pedro García Aguado

Gabriel Jaime    

     La concienciación es la mejor prevención posible contra las drogas. El campeón olímpico de waterpolo, Pedro García Aguado, habló en La Solana sobre su amarga experiencia con la drogacción y enseñó a los escolares solaneros cómo evitar entrar en ese oscuro mundo.

     Organizadas por el Plan Municipal de Drogas, García Aguado pronunció dos charlas en las que insistió que la prevención con los niños “se convierten en el mejor arma para evitar los casos de adicción a las drogas”. El deportista, drogadicto rehabilitado, asevera que se puede salir “con humildad y un tratamiento especializado”, aunque recuerda que “el adicto lo es para toda la vida, aunque no consuma”.

    Él lleva 7 años sin consumir absolutamente nada “y no tengo ningún deseo de volver a hacerlo” –añade-. Lo primero es admitir que eres un enfermo y un adicto “y creerte lo que te dicen los terapeutas cuando entras en un proceso de rehabilitación”. Después, se trata de ir mejorando tu autoestima y, por supuesto, tu salud. A partir ahí, las drogas serán para siempre algo prohibido por que, como dice Aguado, “nunca tendremos control sobre ellas si volvemos a probarlas, aunque sea poco”.

     La historia de Pedro García Aguado está plagada de éxitos deportivos. Tocó el cielo en campeonatos del mundo y en Los JJOO, donde se colgó la medalla de oro con la selección española de waterpolo, lo máximo a lo que puede aspirar un deportista. En esa nube de triunfos es donde comenzó a caer “después de los partidos y las victorias me relajaba tomando drogas, cada vez más, pero no te das cuentas mientras estás en lo más alto del éxito deportivo”. Después llega la realidad “cuando dejé de competir me di cuenta que tenía que consumir por que me lo pedía el cuerpo; estaba triste, deprimido y de mal humor; sólo me recuperaba consumiendo”. En realidad, “los éxitos fueron mi fracaso”.

     Una vez rehabilitado y fuera de ese mundo, se dedica a contar su historia, plaga de triunfos y con un final horrible que, al final, ha conseguido superar. El campeón olímpico insiste mucho en que la salud se quiebra desde que empiezas a consumir “aunque el desastre no aparezca hasta la treintena; la enfermedad no la notas cuando tienes quince años, o veinte, o veinticinco, pero durante ese tiempo estás destrozando tu cuerpo y la factura la pagarás pronto”. Y quiso dejar una cosa muy clara: las drogas no sólo son la cocaína, el hachís o las pastillas “también lo son el tabaco o el alcohol, exactamente igual”.

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