La Solana-Socuéllamos (0-0): más que un punto
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Publicado: 23 Diciembre 2018
Sancho y Josema pugnan con un jugador socuellamino Foto: GACETA
Aurelio Maroto
Pocas veces La Moheda explota de júbilo después de un empate, pero la escasez hace que los dedos parezcan huéspedes. La Solana arañó un punto ante el lÃder que, de acuerdo a la situación, sabe a oro. A la situación y también al adversario que habÃa enfrente, un señor equipo que se fajó, mas fue incapaz de superar los obstáculos en su camino, empezando por la densa niebla, siguiendo por el maltrecho estado de la hierba y, fundamentalmente, por la receta de partido que firmaron los amarillos, inmensos durante los noventa y tantos minutos de juego.
El Socuéllamos salió mejor. Essomba se echó a su equipo a las espaldas y coordinó el manejo del balón con soltura. La Solana aguardaba agazapada, expectante. La afición cuchicheaba ante la ausencia de CrÃstofer en el once. Decisión técnica de Carlos Gómez, que dio su primera lección táctica habida cuenta de la dificultad del partido. QuerÃa un partido largo y feo, máxime sin Pirri disponible por una sobrecarga. Por eso añadió a Josema y a Juan Santos al entramado defensivo, al que también acudÃan Javi Grillo y Almarcha. El resultado es que el lÃder combinaba en horizontal y se estrellaba en una pared cada vez que Belencoso o MejÃas tiraban desmarques.
La cuestión aguantar en la guarida y esperar el momento de lanzarse a la yugular. Para lograrlo, La Solana se encomendó a la fantasÃa del hombre al que siempre se espera: David Sevilla. El canterano dibujó dos pases imposibles, primero a Mini y más tarde a Miguel Fuentes para dejarles solos ante Luis Arellano. Otra vez, se les apagó la luz en el momento de agarrar la presa en forma de gol. Y van…
Pero ambas acciones ablandaron la solidez azulona. Los visitantes se sintieron vulnerables y comenzaron a dudar. El partido se equilibró. Su escasa presencia arriba se limitó a varios lÃos en el área, casi siempre merced a los potentes brazos de Zurdo en las prolongaciones de banda y a una ocasión de Belencoso que desbarató un seguro Monreal.
Los dos presidentes, Jordi López y Patricio Peinado, viendo el partido desde el palco de La Moheda Foto: GACETA
La Solana habÃa terminado indemne el primer tiempo y la hinchada sentÃa que podÃa haber premio, incluso el gordo. La reanudación comenzó con otra ganga para Fuentes, una vez más abortada por Arellano. Es terrible ver cómo el ariete amarillo abre espacios, se pelea con el mundo entero y genera ocasiones por doquier, sin éxito.
Poco a poco, el Socuéllamos volvió a adueñarse de la situación. Mario Simón movió el banquillo, metiendo más madera con Parada y Borja, más tarde Di Lorenzo. Pero La Solana aguantaba. Sancho y Juli dieron una clase de cómo se defiende desde el eje. Didier, que debutaba en La Moheda, mantuvo a raya a su par. Mini al suyo. Y el derroche fÃsico en la zona de creación fue brutal.
El tiempo pasaba y La Solana no se descomponÃa. Gómez oxigenó al equipo cambiando cromos arriba, CrÃstofer por Fuentes. Después en medio, Vicente y Raúl Delgado por Mini y David Sevilla, exhaustos. La Moheda apretaba en otra demostración, una más, de lealtad. ¡Solana, Solana! coreaba la grada sin cesar. El partido expiraba y allà estaba Monreal para desviar un chut envenenado. Fue el canto de cisne de un Socuéllamos rendido a las circunstancias. El partido murió con una presunta mano dentro del área local. Panduro obvió las protestas y poco después mandó cerrar el partido, y el año, en el santuario amarillo.
La Solana, a la espera de recuperar piezas clave (Diego Sevilla, Lander, Manuel, Pirri…), dio por bueno el empate y pasará la Navidad con mejor color de cara. Hay mendrugos que el indigente come con fruición. Tal es el caso. Tal es la necesidad.
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