Juanmi fue uno de los destacados en los amarillos                                                                                               Foto: GACETA

                 Aurelio Maroto

            El Frutas Doña Ramoncita-FS La Solana no necesitó hacer un gran partido para golear al Águila FS. Unos cuantos fogonazos en minutos clave derribaron a un adversario combativo pero bastante romo. De hecho, su gran lastre fue desperdiciar un buen número de ocasiones claras de gol. Eso, y encontrarse con la inspiración de Bosco, que estuvo enorme bajo palos. Y claro, perdonar esta temporada en el ‘Serrano’ es pecado mortal. La Solana tiene este curso argumentos y variantes suficientes para desmembrar a cualquier rival sin necesidad de alcanzar la excelencia.

            Baste como ejemplo la respuesta del entrenador amarillo, Francisco Javier Lucas, al término del encuentro cuando Radio Horizonte le pedía una nota de 0 a 10, como si fuera un examen. “Un bien raspado”, decía.

            Y es que el FS La Solana ganó con la misma solvencia que su falta de brillo en el juego coral. Jugó a empellones, con destellos como el 2-0 de Chema tras una preciosa conexión iniciada por Juanmi y continuada por Carlos. O el 4-0 en una acción personal de Carlos de espaldas a portería. Puro killer.

            Hubo algún ejemplo más, pero es verdad que fue un partido de aseo. Una faena de aliño para seguir en lo más alto de la clasificación. “Lo mejor son los tres puntos”, admitía Lucas tras el duelo. Una victoria que debe servir para creer y para crecer, sin obviar que esa autosuficiencia puede que no sirva frente a rivales más poderosos, que los hay en esta Tercera División.

            La próxima salida es a Argamasilla. El Renacer es colista y está en horas bajas, muy bajas, pero el análisis de algunas de sus derrotas hace pensar que tiene más peligro, quizás, de lo que exhibe la tabla. Además, son derbis cargados de rivalidad que aumentan sus aristas. El Frutas Doña Ramoncita llega como rival a batir, a esta y a todas las pistas. Se trata de estar a la altura del desafío. Una jornada sí y la otra también.