Mini se dispone a centrar en una jugada del partido contra el Quintanar del Rey                                                                  Foto: GACETA

             Aurelio Maroto

            Otro gallo hubiera cantado si el pequeño Fran Egea no hubiera emergido como un gigante en la primera parte. Pero el menudo portero del Quintanar del Rey ejerció de lo que es, un gato, y privó a La Solana de haberse marchado al descanso con dos, tres o incluso más goles a su favor. Sólo Miguel Fuentes fue capaz de violar su guarida (m.8) tras una gran jugada colectiva por el costado zurdo. Renta insuficiente porque esperaba la inoportuna lesión de Diego Sevilla. El central sintió un pinchazo en el isquio y fue sustituido al filo del descanso. Un minuto después, en la última jugada del primer tiempo, llegó el empate. Fue el principio del fin.

Miguel Fuentes, autor del 1-0, en otro lance del encuentro                                                                                              Foto: GACETA  

          Con todo, los amarillos siguieron apretando en la reanudación y Meshak tuvo en sus botas el 2-1, pero mandó el balón a las nubes en un mano a mano con Egea. A la contra, el Quintanar del Rey comenzó a crear mucho peligro, sobre todo por el centro. Así llegó el 1-2, tras un agujero defensivo en la media luna del área que dejó sólo a Amalio. Minutos después, el sustituto de Diego Sevilla, Saavedra, quedó en evidencia con un error grotesco frente al mismo delantero. El nuevo fichaje no está para jugar en Tercera División. Le falta velocidad y le sobran kilos. Otra cosa es que la decisión de Manolo Sancho de sustituirle suene a señalar un culpable. Es injusto decir que la derrota se debió a un solo futbolista. El chico entró a vestuarios completamente hundido.

            Sea como fuere, La Solana volvió a ser víctima de sus propios errores, que fueron auténticos regalos. Las costuras en defensa quedaron nuevamente al aire y no puede ser casual que los amarillos sean el equipo más castigado atrás con 19 goles en contra. Esta vez poco se puede achacar al portero.

            Urge mejorar el balance defensivo, cuestión que no es sólo misión de los zagueros. Llamó la atención el bajón de algunos jugadores de medio campo en la segunda parte tras ofrecer un nivel fantástico en la primera. Pudo pesar la final de Copa Diputación del jueves y la lesión de Diego Sevilla quizás tenga algo que ver. Quién sabe. La realidad es que La Solana volvió a demostrar que tiene argumentos como equipo de Tercera División y por momentos empequeñeció a su rival hasta la mínima expresión. Pero acto seguido se desnuda por completo. El cuerpo técnico es quien debe corregir el problema y encontrar el equilibrio que el CF La Solana, hoy por hoy, no tiene.