Lucas da instrucciones en un tiempo muerto del partido                                                                                               Foto: GACETA

              Aurelio Maroto

            Toca envainársela… y aprender. El Frutas Doña Ramoncita-FS La Solana tuvo el partido en sus manos, y de paso un golpe a la liga, pero acabó tragando saliva ante un incisivo Infantes FS. Los visitantes salieron respondones, tuvieron la virtud de no rendirse nunca y enviaron una recadito al equipo de Francisco Javier Lucas. Sencillamente, fueron mejores y asaltaron el ‘Serrano’ con todo merecimiento (4-7), frenando en seco la marcha triunfal amarilla y dejando claro que esta liga será larga y sinuosa.

            Había expectación por ver el partido y el pabellón rozó el lleno. El Frutas Doña Ramoncita era favorito por razones obvias (era líder y jugaba en casa). Pero la cosa comenzó a torcerse desde el inicio. Es curioso que la afición ni siquiera aplaudiera la salida de su equipo. Definitivamente, la hinchada del FS La Solana es más fría que un granizo. Sin pasión en la grada, tampoco hubo pasión en la pista. Hasta el tempranero gol de Félix (1-0) pareció un dardo envenenado. El Infantes, consciente de que jugaba una final anticipada, apretó más, jugó mejor, tuvo más impuso, imprimió más velocidad. En una palabra, hizo un trapo a los locales en los primeros diez minutos, amplificados por un clamoroso error de Cózar en una entrega que provocó el empate.

            Después llegaría el 1-2, aunque Pelu volvió a empatar en un lanzamiento lejano que el poste escupió adentro. La Solana pareció despertar en el último tramo, pero la sensación al término del primer período es que unos jugaban en equipo (Infantes FS) y otros a golpetazos (FS La Solana).

            Parecieron cambiar las tornas en la reanudación. La razón era simple: La Solana redobló la presión en la salida del balón, achicó espacios a base de desgaste físico y maniató por momentos a un Infantes ahora a remolque. El partido era otro. Fruto de ello fueron los dos goles de Ramón y una expulsión visitante. Eran minutos de avalancha local y dislocación visitante. Se mascaba el 5-2 al tiempo que los infanteños acumulaban faltas en contra.

Vicente conduce un balón durante un momento del partido                                                                                      Foto: GACETA  

          Sin embargo, llegó el 4-3 y el partido dio un volantazo. El equipo de Joaquín Castedo creyó de nuevo, mientras La Solana comenzó a dudar. Las ocasiones continuaron y a Pelu le faltó decisión en varios balones francos ante el meta rojillo. En estas, la enésima contra de un Infantes siempre más veloz en la transición devolvió el empate al electrónico. Los amarillos perdieron el control del partido y desaprovecharon dos doble-penalti, uno Pelu y el otro Carlos, cuya clarividencia cara a puerta se echó mucho de menos el sábado.

            El Infantes FS golpeó con el 4-5 y el partido se acabó. Y decimos se acabó porque el intento de arreglo local jugando de cinco fue un desastre. Dos pérdidas, dos goles más en contra.

            Al término del encuentro, Francisco Javier Lucas admitía la realidad: “hemos tirado el partido por la borda cuando mejor lo teníamos”. Reconoce que su equipo no estuvo acertado en los momentos clave, aunque no le reprocha falta de actitud. “Mis jugadores lo han dado todo”. El problema –a su juicio- fue la falta de acierto. “En otros partidos las metemos y hoy no han querido entrar”.

            Eso sí, cree que esta derrota es una demostración de que esta liga será dura y difícil, muy lejos de lo que –dice- algunos pudieran pensar. Una vez más apela a la humildad, única receta para crecer y tener opciones de ganar un sábado sí y otro también.

            Esta derrota no apea al Frutas Doña Ramoncita del liderato. Los amarillos continúan en lo más alto, aunque ahora empatados con tres equipos más. Lo dicho, agachar la cabeza y aprender. Las derrotas también enseñan. Si saben leerse.