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Rueda dimisión Pablo D-Malaguilla

Caras serias durante el anuncio de dimisión de Pablo Díaz-Malaguilla                                                                             Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

            Se ofrece club de fútbol recién ascendido a Tercera División, sin deudas, con superávit y con una afición fantástica detrás. El cartel no puede ser más sugerente, ni más real. Ese club se acaba de quedar sin dirección. Pablo Díaz-Malaguilla, el presidente del ascenso, ha dicho basta en la cresta de la ola. De manera sorprendente, sin duda.

            “Hemos llegado a un punto de agotamiento que una directiva no debe tener para afrontar el reto del club”. “No se dan las circunstancias apropiadas para seguir”. Con la voz temblorosa y visible emoción, el hombre que ha pilotado el ansiado retorno a categoría nacional admitió su disgusto. “Me cuesta mucho tomar esta decisión porque han sido tres años geniales desde aquel día que nos reunió Toni Huertas”. Pero prefiere ser honesto antes de embarcarse en una temporada que redoblará la exigencia, sobre todo económica, sin la certeza de poder cumplir los compromisos. “Somos trabajadores y no llegamos al nivel exigible”. De hecho, reconoció no saber cómo han sido capaces de sacar el dinero para acabar la temporada. “Mi directiva se ha dejado el alma en el empeño”.

            Se trata de una decisión personal del presidente, ya que el grueso de sus directivos estaban dispuestos a continuar. La gran pregunta era qué cambió desde el martes, cuando todo parecía rodar y se confirmó la renovación de Manolo Sancho, al miércoles por la noche, cuando avanzó su dimisión. La negativa del patrocinador principal a continuar fue clave para un hombre con la moral quebrada de antemano. En otras circunstancias, hubiera podido más la ilusión del ascenso, el apoyo masivo de la afición y la seguridad de que, tarde o temprano, siempre aparecen apoyos. “Subimos en Quintanar y todo era euforia, pero me faltaba energía para seguir”. Lo dicho, bastaba un soplido para derribarle.

Un club saneado y con superávit 

            Junto a él se sentaron dos directivos. El resto escuchaban atentamente detrás de las cámaras. Como también escuchaban Manolo Sancho y el portero Manolo Ladero. El interés del vestuario que ha logrado el éxito es absoluto por el futuro del club. Hay inquietud, aunque también confianza y las razones para ese optimismo son lógicas. El CF La Solana no debe un céntimo a nadie. Es más, acabará con números verdes. “Acabaremos con dos o tres mil euros de superávit”. Y tiene detrás una hinchada numerosa, leal y excitada por el ascenso. “Sólo falta que aparezcan esos apoyos”. “Hay jugadores, hay técnico y sobre todo hay afición para hacer un proyecto ilusionante en Tercera”, insistió Pablo Díaz-Malaguilla, que pidió a los jugadores públicamente tener paciencia y esperar. “Que tengan presente en lo que les ha dado La Solana”.

            Anunció una asamblea general para el próximo miércoles, a las 20,30 en el salón de actos de la Ciudad Deportiva de La Moheda. Allí se hará efectiva la dimisión del presidente y, en consecuencia, de toda la Junta Directiva. Se nombrará una Junta Gestora y se abrirá proceso electoral. Comienza la cuenta atrás.

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