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Gol de Almarcha piña - copia

Los jugadores celebran el gol de Almarcha bajo una intensa granizada                                                                           Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

La Solana: Manolo, Juli, Diego Sevilla, Sancho, Manuel, David Sevilla, Almarcha, Mini, Crístofer, Grillo y Capelo. En la segunda parte salieron José Mari, Juan, Xavi, Raúl y Vipu.

Caudetano: Joaquín, Luis, Yoko, Kendal, Navarro, Martín, Manu, Raúl, Chafas, Álex y Pati. En la reanudación salieron Bellota, Carlos, Germán y Víctor.

Árbitro: Chavarrías Pérez.

Goles: 1-0 m.43 Almarcha cabecea un centro de Crístofer.

            2-0 m.48 David Sevilla se anticipa al portero y marca a placer.

            3-0 m.70 Manuel remacha un servicio de Mini.

            3-1 m.93 Martín a la salida de un córner

Incidencias: 600 espectadores en La Moheda en tarde muy desapacible. Césped natural muy mejorado respecto a partidos anteriores.

Comentario:

Granizaba sobre La Moheda. Sancho se empeña en pelear un balón imposible en el extremo diestro del ataque amarillo, muy lejos de su guarida natural. Esa pelota termina en los pies de Crístofer, que saca su guante zurdo a pasear. Rosca envenenada y allí está la cabeza de oro de este equipo, la de Almarcha, para anticiparse a todos. Gol marca de la casa cuando el primer tiempo expiraba. Un tesoro. Los jugadores se funden en una montonera mientras la grada, repleta de aficionados, es un clamor.

1-0 y el granizo arrecia. El árbitro no espera más. Todos a vestuarios. Pocas veces un pitido de descanso sonó mejor. La Solana había encarrilado un partido con sabor a final, con olor a promoción. Y quizás más importante, se había sacudido una enorme tensión emocional justo a tiempo, tras un primer asalto intensísimo donde el equipo lo había intentado hasta la extenuación. A veces sin fortuna, a veces sin precisión.

Pero ese testarazo no era sino el premio a un merecimiento. Los amarillos fueron muy superiores todo el primer tiempo, apretando la presión y buscando vías de penetración sin descanso. Capelo, Crístofer, David Sevilla y Mini acariciaron el gol mucho antes. A Diego Sevilla le birlaron uno por presunto fuera de juego… Almarcha sólo hizo justicia, a menudo tan extraña en el planeta fútbol.

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David Sevilla, muy activo, en un lance del partido contra el Caudetano                                                                         Foto: GACETA

La afición sentía que no se podía escapar un triunfo que puede valer una promoción. El equipo también. Manolo apareció en la primera jugada de la reanudación para evitar un lío en la única acción de peligro del Caudetano hasta ese momento. Preludio del segundo, porque su homólogo Joaquín sí la lió acto seguido ante David Sevilla, dejándole anticiparse en un balón franco para el meta. 2-0.

Ese gol provocó una bajada de tensión súbita en La Solana. Más involuntaria que intencionada. El partido se aplanó. La afición, hasta ese instante enchufada, se aplanó. Y el Caudetano, sin quererlo, avanzó un paso. El control se rompió en medio campo y la defensa amarilla aumentó su carga de trabajo. Hasta que una internada de Mini terminó con el gol del ‘galgo’ Manuel, que se jugó los cataplines para remachar junto al palo.

Manolo Sancho lo veía claro e inició el carrusel de cambios. La cosa estaba hecha. El gol del Caudetano, en la última jugada del partido, fue testimonial. El sol lucía fuerte en La Moheda, tan amarillo como esa camiseta que, esta vez sí, huele la sangre en forma de play-off.

Quedan dos partidos y una victoria basta. Puede ser el próximo domingo en el campo del colista, el deprimido At. Jareño. Respeto, el máximo, pero la ocasión la pintan calva.

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