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Poco se le puede reprochar al equipo en la faceta defensiva                                                          Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

            La retahíla tras la derrota era unánime: nos han ganado sin hacer nada. Falso. El Manzanares marcó e impidió que le marcaran. No hay mejor receta para ganar. Otra cosa es que La Solana tuviera más el balón, que lo tuvo, propusiera más juego, que lo propuso, incluso gozara de más ocasiones, que las gozó. Pero en ningún sitio está escrito que tales cosas garanticen nada en el planeta fútbol, como así fue.

          El gran clásico comarcal se quedó en Manzanares por dos razones fundamentales. Una, el rival defendió como una filarmónica de las buenas. Y dos, La Solana adoleció de verticalidad, abusó de la conducción y careció de pegada.

He aquí el gran mal aqueja al equipo esta temporada, por otra parte excelsa. Al final del partido todos lamentaban el grave error defensivo en el gol del Manzanares, que dejó sólo a Noel en un segundo balón colgado a la salida de un córner. Cierto, el equipo se quedó clavado, no salió de la cueva tras el primer rechace y tampoco fijó las marcas. Pero culpar a la defensa de los males del equipo es, como mínimo, indecente.

Si por algo el equipo está donde está es, precisamente, por su consistencia defensiva, como acreditan los 14 goles recibidos en 24 partidos. El problema está más adelante. La Solana necesita dios y ayuda para marcar, como también acreditan sus 39 goles a favor, los mismos que La Fuente (11º clasificado). Llaman la atención los enormes problemas para ganar en casa los últimos partidos, sobre todo ante Urda y Valdeganga, el primero en el último minuto y el otro con remontada. Y eso que La Solana tiene un rombo terrorífico arriba con Mini, David Sevilla, Naranjo y Crístofer. Pero Mini no es el del año pasado, Crístofer ha tardado mucho en adaptarse, David Sevilla no encuentra todo el protagonismo que necesita y Naranjo lleva dos meses renqueante.

Dicho esto, La Solana sigue siendo uno de los grandes favoritos a todo. Dudar de este equipo es sacrílego al calor de la campaña que está escribiendo. Y no pasa nada por recordar que todo edificio tiene grietas. La tropa de Sancho ha perdido en La Gineta y Manzanares, sí, aunque continúa teniendo la sartén por el mango. Quedan diez partidos y 6 serán en La Moheda. Algunos creen que agarrando esos 18 puntos y rascando algo fuera aseguraría, al menos, la promoción. Esas cuentas de la lechera son muy peligrosas. Además, el objetivo sigue siendo el premio gordo, no la pedrea, y está al alcance. Una vez más, el mantra del Cholo, que no es del Cholo sino muy anterior, se hace presente. En La Moheda sólo hay ojos para un adversario: el At. Pedro Muñoz.

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