Logo WhatsappLogo InstagramLogo TwitterLogo Facebook

La ciudad

Inauguración cintaCopia de Inguruación-1

Corte de cinta oficial. A la derecha, gigantes y cabezudos a la salida del desfile inaugural                                                                                       Fotos: GACETA

         Aurelio Maroto

         Con puntualidad británica; o mejor, taurina, que es más nuestro, la Feria-2014 echó oficialmente a andar a las 21 horas del jueves 24 de julio. La Agrupación Musical de San Sebastián abrió camino a la larga comitiva, animada por los gigantes y cabezudos. En las aceras, cientos de solaneros miraban con ojos de fiesta, y los niños, sobre todo ellos, no parpadeaban ante, quizá, el momento de mayor magia de todo el año.

         La Banda Municipal precedía el paso de las autoridades e invitados, con el pregonero ocupando puesto destacado en primera fila, como debe ser. Y también como debe ser, desfilaban los representantes de los tres grupos políticos de la Corporación, encabezados por el alcalde, Luis Díaz-Cacho, y presidente de la Diputación, el solanero Nemesio de Lara. Tras el corte de la cinta a la entrada del ferial, llegó la izada de bandera junto a la fuente del parque, a los acordes del himno de La Solana. El paseo posterior por los puestos, casetas y tiovivos anticipó el pregón oficial, que poco después iba a comenzar en el teatro “Tomás Barrera”.

Copia de Pregón Pregonero saluda

Pedro Ramón Ocaña saluda junto a "su" banda al término de su pregón                                      Foto: GACETA

Pedro Ramón Ocaña, “un feliz jubilado”

         Poco después de las diez de la noche arrancó el acto institucional del pregón de feria. El Cronista de la Villa, Paulino Sánchez, volvió a hacer de maestro de ceremonias como presentador. En primer lugar, leyó el acta del 46ª Certamen Nacional de Poesía, ganado por Natividad Cepeda gracias a su obra titulada “Ni diosas, ni vestales, ni vírgenes, ni brujas”, un alegato en defensa de la mujer, tema obligado en esta edición. La tomellosera leyó su trabajo.

         Paulino Sánchez presentó a continuación al pregonero, el maestro jubilado Pedro Ramón Ocaña. “Un feliz jubilado”, dijo el Cronista, del que destacó su dedicación a la enseñanza y su vinculación a la Banda Municipal de Música, en la que lleva tocando 49 años. También recordó su compromiso con otras asociaciones como la ACAZ (Asociación Amigos de la Zarzuela) u orquestas como Pachichón y Bahía Samba.

         Precisamente la Banda Municipal tuvo un amplio protagonismo durante el pregón. Pedro Ramón Ocaña, decano de la agrupación musical, se rodeó de sus compañeros, que le arroparon sobre el escenario. El pregonero basó su intervención en sus añoranzas de infancia y juventud. Recuerdos de ferias de antaño y también del barrio donde nació y creció. Desde luego, no obvió su largo periodo de docencia y el apego que siempre sintió por la barriada del Santo, “junto al Barranco Lobo, el barrio más pintoresco de La Solana” –dijo-.

Aquellas ferias

         Rememoró las ferias de su niñez, con los futbolines del Chato, los tirapichones, el olor a tómbola con esas garrotas gigantes de caramelo como premio gordo, el traqueteo del trenillo o las “heridas de guerra” en aquellos cortísimos pero intensos viajes en los coches de choque. Ya mozalbete –comentó- subían al pajero para montar en las atracciones, según presupuesto de cada cual. La ola, el látigo…

         Y después llegó la época del Club Bahía, con aquellas orquestas que se equivocaban “porque tocaban en directo”. “Allí nos recibía Carmela con su traje de noche y nos atendía Agustinillo, Vicente Rause y Parrita, qué trío de profesionales”.

         También habló del barrio donde nació, en la calle Ancha, cerca del balconcillo de la Virgen del Carmen. “¡A por migas!” decían los chiquillos cuando levantaban la pícula. Por allí estaba la cordelería de los Arroyo, la carretería de Vicente Simarro, la guarnicionería de Manolo, la puñería de José Antonio Cijes o la fragua de hoces del hermano Manuel Minutos.

El barrio más solanero

         La barriada del Santo ha ocupado gran parte de su vida, personal y profesional. Pedro Ramón Ocaña cree que no hay barrio más solanero. Y hablar del Santo es hacerlo del esparto. “Parece que estoy viendo los baleos, esteras, aguaderas, espuertas y capachos; a hombres y mujeres a la carasola desde la esquina del hermano Juan Vasquiña hasta la esquina de la ermita de San Sebastián”. Las mujeres haciendo cordeta y ramales, los hombres cosiendo capachos…

         Y, cómo no, su cuarto de siglo largo ejerciendo en el colegio El Santo. No olvidó a sus compañeros de fatigas ni su formación en la “UDA”, acrónimo de Unión Demócrata Académica. Puro juego de juventud.

         La Banda Municipal, su banda, fue intercalando interpretaciones a la orden del pregonero. “Qué tiempo tan feliz”, “Las espigadoras” o “Mambo nº 5”, entre otras, animaron y agitaron un pregón dinámico, emotivo y completo, que no dejó indiferente a nadie. Pedro Ramón Ocaña, emocionado por momentos, aún “soportó” una guinda final: la subida al escenario de sus nietos.

Mensaje de esperanza

         El alcalde felicitó al pregonero, no sólo por el contenido de su pregón, sino por su condición de hombre bueno y querido por todos. Luis Díaz-Cacho también tuvo tiempo para recordar a los solaneros que nos han dejado para siempre desde la pasada feria, con mención especial para José Ricote, el jefe de Protección Civil fallecido hace pocos días a la edad de 48 años.

         También se acordó de aquellos que lo están pasando mal, familias que sufren ante el azote de la crisis “que no están para fiestas; os recibo cada día en la alcaldía y me trasmitís vuestro dolor y el dolor de los vuestros”. Pero envió un mensaje de esperanza. “Cada día sigo descubriendo a ese pueblo luchador y esforzado que camina lento pero seguro hacia el espacio en el que el destino nos ha ubicado”.

Scroll to top

Usamos cookies para mejorar su experiencia en nuestra web. Más información en: Guía de uso de las cookies.

  Acepto el uso de las cookies en este sitio.